El precio de la luz sigue su particular 'desescalada'

En esos primeros quince días de mes el precio medio de la electricidad se situó en 17,92 euros el megavatio/hora (MWh). Representa una ligera subida respecto a abril (+1,53%), pero un hundimiento si se compara con los registros de mayo de 2019. La razones de este descenso son varias. Por un lado, la demanda eléctrica sigue hundida por efecto de la crisis del coronavirus. Es un 13% inferior a la registrada en el mismo periodo del año pasado.

Además, las tecnologías renovables, que siempre abaratan el mercado, siguen aumentando su peso en el 'mix' y alcanzan el 56% de la generación eléctrica en la primera quincena. Destaca sobre todo el incremento de la producción fotovoltaica, un 68,5% superior a la de hace un año. La generación con paneles solares «pisa los talones» a la de los ciclos combinados de gas natural, «algo nunca visto», en opinión de los expertos del Grupo ASE. No en vano, gran parte de los días de mayo la producción fotovoltaica ha liderado el 'mix' entre las 12.00 y las 18.00 horas.

A ello se le suma el hecho de que la tecnología hidráulica produjo un 68,2% más que hace un año. En el otro lado de la balanza se sitúan los ciclos combinados, que el pasado año alcanzaron un gran protagonismo en el 'mix' de generación. A causa de la baja demanda, el gas apenas tiene hueco para entrar -las primeras tecnologías en casar sus ofertas son las renovables, y luego la nuclear-, y eso a pesar de que las centrales nucleares han reducido su aportación un 26% y la eólica un 22%.

Las plantas nucleares de Almaraz y Ascó están paradas, mientras que las de Almaraz II y Cofrentes funcionan a media carga. «La situación actual, con este nivel de precios, pone en serios aprietos» a esta centrales, según los analista del agregador energético. El mes próximo podrían coincidir hasta tres centrales desconectadas a la vez.

En lo que llevamos de año el precio de la electricidad ha sido significativamente más reducido en todos los meses respecto a 2020, y no sólo los afectados por la pandemia. En enero el precio medio del 'pool' subió un 21,6% respecto a diciembre, porque el último mes de 2019 tuvo una aportación eólica extraordinaria. Aún así, enero registró precios un 33,7% inferiores a los de 2019. En febrero los registros fueron un 17,7% más bajos que los de enero, y un 22,3% más baratos que la media de los últimos cinco años. Sobre todo por el desplome del precio del gas y el crecimiento de las renovables.

En marzo prosigue la 'desescalada', con un mercado mayorista que retrocede un 22,7% respecto al mes anterior. Y un 43,2% más barata que en marzo de 2019 gracias al crecimiento de la aportación de las renovables, que cubrieron más de la mitad de la demanda. En abril el impacto de la crisis del coronavirus se dejó sentir ya en toda su crudeza, con un descenso de la demanda del 17% respecto a abril de 2019, por lo que la electricidad se abarató un 36,4% en comparación con ese mes (apenas sobrepasó los 17,65 €/MWh) . Esa caída de la demanda apenas dejó espacio para el hueco térmico (centrales de gas y carbón). Hubo menos producción eólica que otros meses de abril, pero a cambio la fotovoltaica y la hidráulica experimentaron un gran crecimiento.

El abaratamiento del mercado mayorista barato se traduce en un recibo eléctrico también más asequible. Aunque un descenso del precio en el 'pool' del 63% no equivale a un abaratamiento similar de la factura de la luz, ya que en su composición influyen otras partidas como los peajes de acceso y los impuestos. Pero en todo caso supone cierto alivio para unos consumidores que estos meses ven incrementado su consumo a consecuencia del confinamiento.

La mala noticia es para los clientes acogidos al mercado libre. Es decir, aquellos que año a año acuerdan con la comercializadora el precio al que pagan la luz. Ellos no se beneficiarán, al menos hasta que les toque revisar sus tarifas, de los precios bajos del mercado mayorista. Y representan más del 50% de los consumidores domésticos.