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Seguro que el lector habrá oído cientos de veces supuestos axiomas económicos como que la vivienda es un valor seguro porque su precio nunca disminuye, que las acciones de las tecnológicas no dejan de subir, o que algunas empresas son demasiado grandes para ... quebrar. Sean o no ciertas, estas creencias crean percepciones sobre el gasto, el ahorro o la inversión que acaban por tener un gran impacto sobre la economía en general e incluso en la vida de los individuos y las sociedades.
Son historias que se hacen virales por múltiples vías: el viejo boca a boca, los medios de comunicación o, sobre todo ahora, por las redes sociales. De ellas se habla 'Narrativas Económicas. Cómo las fake news y las historias virales afectan a la marcha de la economía' (Editorial Deusto), obra firmada por Robert J. Shiller (Detroit, 1946), Premio Nobel de Economía en 2013.
Shiller, catedrático de economía en la Universidad de Yale, cuenta cómo desde que antes de que existiera el concepto de «viralidad», las historias que la gente se contaba sobre sus experiencias personales o simplemente rumores que había oído lograban transformar los mercados y la economía. ¿Cuántas veces, si no, los pánicos, los precios de las acciones, las burbujas inmobiliarias o el futuro de nuevos productos como el 'bitcoin' han dependido de lo que una persona le contaba a otra?
El autor define el concepto de «narrativas económicas» como los «vectores que provocan cambios profundos y rápidos en la cultural, la sociedad y el comportamiento económico de cada época». A veces estas narrativas se fusionan con las modas y tendencias del momento. Pero en otras ocasiones su impacto es aún más profundo «gracias a un trabajo deliberado de marketing, divulgación o promoción».
Shiller advierte de que las historias más contagiosas son, generalmente, «creativas e innovadoras». No siempre son una reacción lógica ante los sucesos económicos. Y pone el ejemplo de ciertos movimientos bursátiles. Asegura que el grueso de las correcciones de largo plazo en el mercado de valores se desarrolla a lo largo de numerosas jornadas. No obstante, «muchos de los ajustes más bruscos que observamos en las Bolsas ocurren en un lapso más breve, marcado por una conversación insistente y a veces sensacionalista sobre el futuro que puede seguir la valoración de una u otra empresa».
Esto es así porque las narrativas económicas no sólo incorporan hechos, sino también «emociones, intereses humanos y otros detalles que, en suma, forman una determinada manera de interpretar las cosas». Y prosperan cuando apelan a cuestiones como «el interés humano, le identidad e incluso el patriotismo».
Otro ejemplo de narrativa económica es la creada en torno al auge de los robots y la automatización de ciertos trabajos. Shiller advierte que de «nadie puede predecir los efectos de las máquinas inteligentes o de las soluciones tecnológicas que reducen la necesidad de mano de obra». No obstante, esas narrativas «tienen el potencial de amplificar las tendencias de crecimiento o decrecimiento de la economía», e incluso de «guiar las políticas públicas».
Shiller es colaborador habitual de 'The New York Times' y es autor de otras obras de gran éxito como 'Las finanzas en una sociedad justa' (Deusto, 2012), Exuberancia irracional (Deusto, 2015) o 'La economía de la manipulación' (Deusto, 2016), este último escrito junto a George A. Akerlof.
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