!['Money For Nothing'... «¡y chicas gratis!»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201910/28/media/cortadas/dire-straits-promo-kQMB-U90526358610CEE-1248x770@El%20Correo.jpg)
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CARLOS BENITO
Domingo, 3 de noviembre 2019, 00:20
Dire Straits llevan la economía en el nombre. Lo de 'dire straits' es una expresión que podríamos traducir como 'en apuros', 'en dificultades', 'pasándolas canutas', y que los miembros del grupo eligieron como bautismo, a sugerencia de un amigo, para reflejar la penosa situación financiera que atravesaban en aquel momento. Y Dire Straits también llevan la economía en el título de su mayor éxito. Es cierto que tienen otras canciones que quizá encajarían todavía mejor en esta sección (por ejemplo, 'Iron Hand', sobre la huelga minera de mediados de los 80), pero resultaría casi ridículo elegir cualquiera que no fuese 'Money For Nothing', el mayor 'hit' de su carrera y uno de los temas emblemáticos del rock británico de aquella década. Hubo un tiempo en el que 'Money For Nothing', segundo sencillo extraído del álbum 'Brothers In Arms', se volvió omnipresente, casi obsesiva: atacaba por todos los flancos, con la introducción a cargo de Sting como avanzadilla de la artillería pesada de batería y guitarras.
Y, sin embargo, la letra de 'Money For Nothing' puede resultar un tanto confusa, desconcertante incluso. Mark Knopfler, que de joven trabajó en el 'Yorkshire Evening Post', ha explicado en alguna ocasión que se trata de una letra 'periodística' basada en una situación real: en un almacén de electrodomésticos de Nueva York, Mark se quedó fascinado por los comentarios de un empleado que contemplaba un muro de televisores, todos ellos sintonizados en la MTV, tan pujante entonces. Algunas de aquellas frases acabaron en la canción de manera literal, con lo que suponemos que el currante de la gorra de béisbol se habrá convencido todavía más de que los artistas consiguen «dinero por nada», aunque sea vampirizando las ocurrencias de un humilde almacenista. De eso va, en definitiva, 'Money For Nothing': es la mirada crítica y un tanto envidiosa que un trabajador de clase baja dirige a las estrellas de la música, esos privilegiados que como mucho pueden hacerse «una ampolla en el meñique» o «una ampolla en el pulgar».
«¡Eso no es trabajar!», repite una y otra vez el narrador, que en el estribillo (seguramemente, uno de los más atípicos de la historia de los superventas) se dedica a enumerar sus pesadas obligaciones: «Tenemos que instalar hornos microondas, / hacer portes de cocinas a medida, / tenemos que mover estos refrigeradores, / tenemos que mover estos televisores en color». En cambio, ¿qué esfuerzos hacen esos personajes que aparecen en la popular cadena de vídeos? «Mira a ese mariquita con el pendiente y el maquillaje. / Sí, tío, es su propio pelo. / Ese mariquita tiene su propio avión a reaccción, / ese mariquita es un millonario», dice la estrofa que más quebraderos de cabeza ha dado a Knopfler, por usar tres veces la fea palabra 'faggot'. El operario rencoroso deplora los «sonidos hawaianos» de una canción, afirma que un músico «golpea los bongós como un chimpancé» y se arrepiente de no haber aprendido a tiempo a tocar la guitarra o la batería. De esa manera, quizá habría podido conseguir «dinero por nada y chicas gratis», como esos Dire Straits de la tele que han vendido treinta millones de copias de su 'Brothers In Arms'.
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