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iratxe bernal
Domingo, 9 de enero 2022, 23:53
Desde este mes matricular algunos vehículos volverá a ser más caro. Finalizado el período de gracia aprobado por el Congreso en junio, quienes vayan a cambiar de coche vuelven a sufrir las consecuencias fiscales de la entrada en vigor del sistema europeo de homologación de ... consumo y emisiones WLTP, siglas inglesas de Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros.
Se trata de un nuevo protocolo que permite a los fabricantes afinar las mediciones de consumo y emisiones de dióxido de carbono (CO2) de cada modelo que comercializan para que éstas se ajusten más fielmente a lo que después el coche va a gastar y contaminar cuando circule. Esa mayor precisión implica que un mismo vehículo puede ahora arrojar distintos valores que los determinados antes y ser, por tanto, considerado más contaminante de lo que se estimaba hasta ahora con la aplicación del anterior sistema de homologación, el Nuevo Ciclo de Conducción Europeo (NEDC). Concretamente, hasta un 20 o un 30% más.
Y ahí es donde el cambio puede afectar a nuestro bolsillo porque, entre otros factores, el Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte (IEDMT), el llamado impuesto de matriculación, se calcula en función de los niveles de CO2 que emite el modelo que compramos. Se hace a través de unas horquillas y aplicando a los precios de venta unos porcentajes de 'penalización'. A más contaminación mayor impuesto según lo establecido en los siguientes tramos:
-Vehículos con emisiones inferiores 120 gramos de dióxido de carbono por kilómetro recorrido (gr/km) y motocicletas con emisiones no superiores a 100 gr/km: quedan exentos del pago de ningún porcentaje por este concepto.
-Vehículos con emisiones entre 120 y 159 gramos de CO2 por kilómetro recorrido y motocicletas con emisiones entre 101 y 119 g/km: aplicación de un incremento sobre el precio de venta del 4,75%.
-Vehículos con emisiones entre 160 y 199 gramos de CO2 por kilómetro recorrido y motocicletas con emisiones entre 120 y 139 g/Km: aplicación de un gravamen del 9,75%.
-Vehículos con emisiones de 200 gramos de dióxido de carbono por kilómetro recorrido o más y motocicletas con emisiones de 140 g/Km o más: suman un 14,75% al precio de venta.
Con el anterior sistema de medición, la mayoría de los coches nuevos no llegaba a los 120 gramos, por lo que su impuesto de matriculación no se encarecía por este concepto. Pero ahora, según la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (Ganvam), el 40% saltará de tramo y, por tanto, su compra se incrementará en al menos un 4,75%. Traducido; costarán una media de mil euros más. Así, si optamos por los coches más baratos, que pueden rondar los 6.000 euros, el impuesto de matriculación ascendería a los 300. Si nos vamos en cambio a los 20.330 euros que cuesta el modelo más barato del vehículo más vendido en 2021, el Seat Arona, el ascenso llega a los 965,67.
La normativa que obliga a los fabricantes a cambiar el sistema de medición se aprobó en 2018 y entró en vigor en enero de 2021, pero la crisis hizo que en junio el Congreso decidiera 'congelar' seis sus implicaciones fiscales para así mitigar las consecuencias de la Covid y la crisis de los microchips en el sector automovilístico. Esta 'congelación' se materializó en una readaptación temporal de los tramos que permitió durante la segunda mitad del año los modelos con emisiones por debajo de los 144 gramos estuvieran exentos del plus correspondiente a este concepto mientras que los que estaban entre los 145 y los 192 pasaron a pagar un 4,75%, los que emitían más de 192 pero menos de 240 se encarecieron un 9,75% y, finalmente, a los superaban ese umbral se les aplicó un 14,75%
Estas emisiones oficiales de CO2 se acreditan mediante certificado expedido por el fabricante (documentación del vehículo), salvo que conste en la tarjeta de inspección técnica o en cualquier otro documento oficial expedido por el fabricante. El cobro del impuesto es una competencia traspasada por el Estado, por lo que en el País Vasco son las diputaciones forales las encargadas de recaudarlo y aplicar las posibles deducciones a discapacitados, familias numerosas o profesionales. Al igual que ocurre con el IVA, es un trámite que suele realizar el concesionario antes de la entrega de vehículo.
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