Los alimentos que más van a subir el precio en los próximos días

La guerra de Ucrania encarecerá los productos elaborados a partir de aceite de girasol y de cereales, pero también la carne o los huevos por la previsible subida de los piensos

Domingo, 13 de marzo 2022

La guerra de Ucrania supondrá otro golpe para las ya castigadas economías domésticas. Está por ver su intensidad, pero el desabastecimiento de ciertas materias primas que se compran en aquel país, junto al desbocado precio de la energía, anticipan sin casi asomo de ... duda un encarecimiento de los alimentos. Especialmente el aceite de girasol y los cereales como el maíz o el trigo. Y, por extensión, todos aquellos elaborados a partir de estos productos: los piensos con los que se alimentan los animales, las carnes y embutidos, los artículos de panadería, la cerveza, las conservas, los huevos o la leche.

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La recuperación económica tras lo peor de la pandemia originó un brusco aumento de la demanda de todo tipo de materias primas que el mercado no ha sido capaz de satisfacer en el tiempo deseado. La contracción de la oferta desembocó en una espiral inflacionista agravada por el alto coste de la energía (electricidad, gas y petróleo). El IPC cerró febrero en el 7,6%, la tasa más elevada de los últimos 35 años. Y marzo, con la irrupción del conflicto bélico, no augura nada positivo.

Rusia y Ucrania son claves en el suministro de materias primas estratégicas, tanto para uso industrial como alimentario. Ambas naciones son líderes mundiales en la exportación de trigo, maíz y cebada. En la guerra comercial paralela a la de los aviones y tanques, Rusia ha decidido restringir la exportación de buena parte de los productos que vende al resto del mundo. Y el suministro desde Ucrania se está viendo comprometido por el corte de las vías de comunicación.

El 60% del aceite de girasol, desde Ucrania

La cuestión es que, según el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), el 42% del cereal que importa España viene del país invadido. La organización agraria Asaja desveló además recientemente que el 60% del aceite de girasol que compra España proviene de Ucrania, así como el 30% del maíz, el 17% del trigo, el 31% de las tortas de aceites vegetales y el 15,4% de leguminosas de grano.

Mercedes Ruiz, directora general de la consultoría Aestivum, explicaba durante unas jornadas sobre materias primas que, sin contar con el inventario chino, sólo hay disponibles 92 millones de toneladas de maíz en 'stocks' disponibles. Y respecto al trigo, «las malas producciones de Canadá han tensionado el mercado. En Europa tuvimos buenas producciones, pero con mala calidad en países como Francia. En definitiva, necesitamos una buena cosecha de trigo para el año que viene, por lo que la actual situación de sequía y los altos precios de los fertilizantes suponen un riesgo importante«, aseguró.

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Esta situación conllevará el encarecimiento de numerosos alimentos. Por ejemplo, los derivados de los cereales, como los productos de panadería y la cerveza de trigo o cebada. Pero también los alimentos del sector cárnico, o incluso los huevos y la leche. La cuestión es que aproximadamente un tercio de los cereales importados por España se dedica a la fabricación de pienso. El alza en la comida para los animales repercutirá previsiblemente en la comercialización de todo tipo de carnes, los huevos de las gallinas y la leche de las vacas.

A todo ello se le une el disparatado precio de la energía, puesto que un encarecimiento de la electricidad y el petróleo del que se derivan los combustibles de automoción repercute en toda la cadena de suministro.

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Sin riesgo de desabastecimiento, según Calviño

Respecto al riesgo de desabastecimiento de ciertos productos, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha asegurado que no hay «ningún riesgo» de falta de suministro de cereales o fertilizantes en España. Pero no se podrá evitar un alza de precios.

«España es uno de los países que tienen una autonomía más importante en el ámbito de los fertilizantes, pero es evidente que estas tensiones en los mercados internacionales tienen una repercusión directa en términos de precios», declaró la vicepresidenta a los medios de comunicación tras clausurar el acto 'Legado a la Caja de las Letras', organizado por el Instituto Cervantes con motivo del Día Internacional de la Mujer.

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Pese a todo, ciertas cadenas de supermercados han restringido la compra de aceite de girasol, que por otra parte ha más que duplicado su precio en los últimos días. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), asegura que «no hay motivo» para estas actuaciones. «Limitar la venta de aceite puede tener un efecto contraproducente», sostiene.

La asociación informa de que el aceite que se vende ahora procede de la cosecha de girasol del verano, mucho antes de la guerra. Por tanto, un hipotético desabastecimiento no se produciría «hasta el próximo año». Además, almacenar grandes cantidades de este producto «no tiene sentido: pasado un año del envasado, el aceite pierde calidad y propiedades». Y recuerda que en el mercado hay alternativas «igual de saludables y asequibles», como el aceite de soja, el de colza o el de orujo de oliva.

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Fábricas que ya buscan alternativas

Algunas fábricas ya están buscando esas alternativas al aceite de girasol, esencial para la producción de conservas, panadería o aperitivos. Juan José Vicente, director general de la conservera gallega Orbe, lamentaba que no podrán subsistir con el aceite de girasol más allá de un mes. «No llegaremos a final de mes. Esto en tres semanas, como mucho, se ha acabado».

En Anfaco-Copesca, asociación empresarial del sector marino alimentario, apuntan a otros países como posibles suministradores. Por ejemplo Bulgaria, Moldavia o Francia. Pero, reconoce su secretario general, José Manuel Vieirez, «no son suficientes para abordar todas las necesidades».

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En Produlce, la asociación que representa a las principales empresas del sector, se confiesan «esclavos de un ingrediente que será imposible adquirir», en palabras de su director general, Rubén Moreno. Estas compañías si temen el desabastecimiento, y creen que los productos más afectados por la escasez de aceite de girasol serán las galletas, chocolate, pastelería, bollería o incluso el pan de molde.

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