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La industria química es una de tantas que actualmente sufre la escasez y el encarecimiento de las materias primas. El parón originado por el Covid y el brutal incremento del precio del transporte marítimo están detrás de una auténtica 'guerra química' para hacerse, ... al mejor precio posible, con un amplio abanico de materiales indispensables para la elaboración de sus productos. Componentes básicos para esta industria como el alcohol furfurílico, los óxidos de etileno, los isocianatos o el fenol han visto duplicado su precio en los últimos meses, circunstancia que a su vez desencadena una presión inflacionista aguas abajo: las empresas del sector químico tienen a las fundiciones como principales clientes, y estas proveen fundamentalmente a las compañías de automoción…. Y no todas están dispuestas a ver repercutidos esos mayores costes.
«Estamos preocupados, porque como todo sector industrial, el nuestro es muy sensible al encarecimiento de las materias primas, no sólo de la luz y el gas. Hay que tener en cuenta que la química está en la base de todos los procesos industriales. Así que de una forma y otra esto acaba afectando a todo el mercado», valora Luis Blanco Urgoiti, Secretario General de AVEQ-KIMIKA, asociación que agrupa a 131 empresas del sector en Euskadi. Cree que se han dado una conjunción de causas «y es difícil situar a una por encima de otra».
Por ejemplo, las paradas y arrancadas de plantas productoras causadas por la crisis del Covid. Proveedores del sector químico, como Basf o Covestro se vieron obligados a parar. Gigantes a los que luego «les cuesta mucho arrancar. No es tan fácil como apretar un botón. Así que necesitan cierta certidumbre respecto a la reactivación de la economía para volver a producir», dice Txema Cabanas, director general de Foseco España y Portugal.
Con sede en Izurza y planta productiva en Igorre, esta empresa fabrica productos químicos y cerámicos para el sector de la fundición. «Filtros cerámicos, manguitos, y otros productos líquidos, básicamente pinturas y resinas, y colas con base de acetona», explica Cabanas, quien en sus 29 años en el sector, no ha conocido una situación similar a la actual. Algunas de las materias primas de las que se surten, como el fenol, los isocianatos o el alcohol furfurílico, «están por las nubes. Otro de los productos básicos, como el alcohol isopropílico ahora mismo está relativamente tranquilo, pero ten en cuenta que es la base para los geles desinfectante del Covid, y el año pasado se vivió una locura, con Gobiernos confiscando producto».
«Lo estamos pasando muy mal, porque los precios de las tres materias primas que más manejamos prácticamente se han duplicado», lamenta también David Zorita, vicepresidente para Europa de la multinacional alemana Hutenes Albertus y director general de HA-Ilarduya, su filial en España. Ubicada en Amorebieta, fabrica productos para la fundición como adhesivos, arenas especiales, desmoldeantes, sistemas aglomerantes inorgánicos o granallas. La oferta no puede absorber la reactivación de la demanda, impulsada sobre todo por China. «Así que hay un escasez de productos importantísima. Y en muchos de ellos prima más la disponibilidad que el precio», considera Zorita.
Cabanas apunta a otra causa: el coste del transporte marítimo, «un caos absoluto desde finales de 2020». El director general de Foseco para España y Portugal explica cómo hasta entonces la matriz de sus empresas (el grupo Vesuvius) traía contenedores de china a 1.500 dólares por unidad. «Ahora están casi a 5.000 dólares. Y todo lo de China viene en barco». El atasco del Canal de Suez fue la guinda que adornó el pastel. «Además, tienes la incertidumbre de cuándo saldrá tu contenedor. Te pueden decir un día, pero nadie te lo garantiza. Sólo te aseguran la fecha de salida si estás dispuesto a pagar más», lamenta.
Esa gran dependencia de China «es un problemón», admite Arkaitz Recalde, director de compras de la planta que Ferro tiene en Llodio. Una empresa que fabrica pigmentos inorgánicos. Su principal producto es el azul ultramar, que que sirve por ejemplo para dar el color azulado a las botellas de plástico. Aparte de los problemas de aprovisionamiento de productos indirectos como la celulosa para cartón o la madera para palés, padece la escasez de azufre como consecuencia de la menor actividad de las refinerías. «Por suerte logramos cerrar acuerdos de aprovisionamiento antes de la crisis. Los que no hayan podido hacerlo lo estarán pasando mal», admite.
El sector de las fundiciones está pagando ser «el jamón del bocadillo, estar entre grandes proveedores y grandes clientes», lamenta Marcial Alzaga, secretario general de la Federación Española de Asociaciones de Fundidores. Estas empresas han visto encarecerse no sólo los productos químicos, sino también su principal materia prima, la chatarra y los lingotes con los que luego fabrican productos como bloques de motor, pinzas de freno, bujes de aerogeneradores o cruzamientos de vías. Una subida de precios inducida por la alta demanda de China, «que compra materia prima a cualquier precio». Pero cree que este encarecimiento «es desproporcionado, con guarda relación con la ley de oferta y la demanda».
El problema para estas empresas es que la automoción, principal cliente del sector junto a los fabricantes de aerogeneradores, «te exige no subir, sino bajar los precios». «Quizá sí puedan repercutir el precio de la chatarra, pero no los productos que les suministramos nosotros», opina al respecto Txema Cabanas, quien introduce otro factor en el encarecimiento de los materiales. «En situaciones como la que estamos pasando a veces se juega con variar artificialmente la oferta para modificar los precios. La especulación no suele salir cuando la oferta supera a la demanda», advierte.
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