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Jorge Murcia
Martes, 8 de abril 2025, 00:14
«En las familias con apellidos fuertes y chulos, como la mía, hay daños colaterales», admite Esperanza Martínez Bordiú y Bassó de Roviralta, hija de José María Martínez-Bordiú Ortega (XVII barón de Gotor) y de Clotilde Bassó de Roviralta. Aunque casi todo el mundo la conoce como Kucca Gotor o 'La Pochola'.
En el caso de Esperanza/Kucca esos daños colaterales suelen tomar forma de etiqueta, la que resulta muy fácil de poner a alguien con múltiples apellidos compuestos de resonancia aristocrática. Sucede que «a veces» esa persona es «normal» y «tiene que trabajar para vivir».
Lo reconoce y lo asume Kucca Gotor, mujer con plaza fija en la crónica rosa pero también exdiseñadora de éxito y, desde hace algo más de dos años, reconvertida en lotera. «Yo, que en mi vida había comprado un décimo», admite.
Kucca Gotor se ha sincerado recientemente en el programa 'Y ahora Sonsoles' de 'Antena 3', donde hizo repaso de una vida que tuvo un giro inesperado hace 12 años, cuando le diagnosticaron un cáncer de mama. «No me daban más de tres meses de vida», recuerda. Un tratamiento experimental era su última tabla de salvación, y funcionó. Salió «tocada, pero me recuperé. Y de ahí, para arriba».
Ese «arriba» no significa, en su caso, recuperar las cotas de éxito profesional, ni mucho menos económico, que alcanzó antes de que el cáncer se cruzara por su camino. Ha supuesto, confiesa, una «reinvención continua» que tuvo su primer hito en la restauración.
Tras la enfermedad, confesaba en mayo de 2023 a la revista 'Mujer Hoy', «me dediqué a cocinar». Y acabó por abrir junto a unos socios un restaurante de nombre nada casual, 'Reset' (reinicio, en castellano). A lo «complicado» de luchar tantas horas para dar de comer a otras personas se unió, según deja entrever, un insalvable desencuentro con sus socios. Dejó el negocio en sus manos «y desgraciadamente el restaurante no les siguió funcionando».
Se le presentó entonces, por medio de unos abogados y gracias también a que conocía a una de las dueñas de 'Doña Manolita', la oportunidad de comprar una administración de lotería en el madrileño barrio de Canillas. «Y dije que sí quería, como cuando te piden matrimonio», cuenta.
Puede parecer una aventura un tanto alocada, poco propia de un personaje como el de 'la Pochola' (no le importa en absoluto que le conozcan como hermana de Pocholo Martínez Bordiú), pero quizá no tanto si se tiene en cuenta que lo que le gusta a Kucca es «vender ilusión». «Siempre le toca a alguien. Cuando vendes un décimo por ventanilla a una persona te cuenta hasta por que lo compra y a quién le daría el premio», dice.
El local se llama 'Los 4 del Gordo' «un recinto pequeñito donde entras con una sonrisa y te vas con una sonrisa», admitió a Sonsoles Ónega en su programa televisivo. «Tanto en la moda como ahora, siempre he hecho lo mismo: dar ilusión, esperanza y fantasía», ha confesado también recientemente en la revista 'Hola'.
Recordaba sus tiempos de diseñadora, profesión que escogió cuando fracasó en su intento de dar rienda suelta a su verdadera vocación: ser bróker. «Me encanta lo de la especulación y lo de vender. Soy una persona nacida para vender ilusión, pero eso no pudo ser», reconocía en la entrevista en 'Mujer Hoy'.
Una desgracia ajena, en este caso el accidente de coche de Grace Kelly y su hija Estefanía de Mónaco, dejó una plaza libre en la Chambre Syndicale de la Haute Couture (Cámara de Alta Costura Sindical de París). Ahí comenzó su carrera en la moda, que tampoco fue una elección al azar. Cuando su madre empezó a vestir de forma distinta a los cinco hermanos. Kucca jugaba a ser diseñadora, combinando líneas y colores «a mi libre albedrío».
Llegó a ser una diseñadora con cierto prestigio en las pasarelas nacionales, e incluso llevó una sección de moda en un programa televisivo presentado por Belinda Washington. «Me lo pasé genial. Fue una época maravillosa pero muy dura. La gente cree que en la moda todo es glamour, pero tienes que echarle muchas horas a un dobladillo, a vender… Se trabaja más horas que en la hostelería. Además, la gente con el Martínez-Bordiú te pone etiquetas, confunde… Luchar por el Gotor fue lo que más fuerza me dio. Luché por ser Kucca Gotor y creo que lo conseguí», se enorgullece.
Ahora intenta poner esa misma pasión en la venta de lotería y, al menos por lo que se puede apreciar viendo sus recurrentes publicaciones en redes sociales, parece que con éxito.
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