El dulce momento de las renovables

El informe constata que en 2019 se instalaron en España 7.051 megavatios (MW) de potencia renovable. A esa cantidad hay que añadir otros 2.144 MW (en su gran mayoría eólicos y solares fotovoltaicos) que según Red Eléctrica se han puesto en marcha hasta septiembre de este año. En total, el parque de generación eléctrica español dispone de 111.251 MW, de los que más de la mitad (51.516 MW, el 51,7%) son renovables.

Un 46% son eólicos, un 16% de solar fotovoltaica y el resto (38%) se reparte entre otras tecnologías, como la termosolar, la cogeneración o la biomasa. En los tres últimos años, y después de una larga moratoria que prácticamente paralizó al sector, la presencia de este tipo de tecnologías en la estructura de potencia instalada se ha incrementado en casi un 20%.

Las renovables aportaron el 14,3% de la energía primaria consumida en España (lejos, por tanto, del 20% marcado para este año por los objetivos europeos) y el 37% de la electricidad. Las instalaciones recibieron 5.732 millones de euros de retribución específica (primas). Y, debido al efecto depresor de estas energías, redujeron el precio del mercado diario mayorista en 4.365 millones de euros. Cuanta mayor es la entrada de renovables en el sistema, más se reduce el precio de casación en el mercado. Sin ellas, el precio medio del 'pool' habría sido de 65,18 megavatios/hora (MWh) en lugar de los 47,68 euros que se pagaron finalmente.

El estudio de APPA cuantifica el impacto del sector en el mercado laboral. Emplea a más de 95.000 personas, lo que supone un incremento interanual del 17% que acelera la tendencia ascendente iniciada en 2017. También analiza la aportación de las renovables a la balanza comercial española. Según el informe, las exportaciones de bienes y servicios relacionados con el sector alcanzaron en 2019 los 4.273 millones de euros, mientras que las importaciones representaron 3.087 millones. Un saldo neto positivo de 1.186 millones que sin embargo no basta para compensar el fuerte déficit energético del país (-23.243 millones de euros).

Eso sí, las renovables en sus distintos usos (eléctrico, térmico y de transporte) ahorraron 8.702 millones de euros en importaciones fósiles, lo que en opinión de APPA, contribuye a reducir «nuestra dependencia energética y alivia la exposición de nuestra economía a la volatilidad de los precios de los hidrocarburos».

Las renovables ahorraron además 1.282 millones en derechos de emisión, debido al fuerte incremento registrado el pasado año en el precio medio del CO2. Los millones de toneladas de óxido de nitrógeno y de dióxido de azufre no emitidos a la atmósfera también se contabilizan en el estudio. Sin embargo, no se computan en términos económicos «al no existir un mercado sobre estos gases tan nocivos para la salud y el medio ambiente».

Al igual que en todos los años analizados, las renovables fueron contribuidor fiscal neto a la economía. Según el informe, una vez contabilizados los impuestos satisfechos (generación de energía eléctrica, sociedades, locales, tasas, IBI, etc.) y restar las subvenciones queda un saldo positivo para las arcas del Estado de 1.017 millones de euros.

En un ámbito más global, las renovables representaron casi tres cuartas partes (175 gigavatios) de toda la nueva potencia instalada en el mundo. Un crecimiento liderado por las dos tecnologías que más rápido han recorrido su curva de aprendizaje, la eólica y la solar fotovoltaica, que aportaron el 90% de la nueva capacidad renovable.

«Más allá de los magníficos números macroeconómicos, las dos grandes noticias de 2019 para el sector fueron el Pacto Verde Europeo y la seguridad jurídica que se recuperó con la rentabilidad razonable», subrayó Santiago Gómez, presidente de APPA Renovables en la presentación del estudio.

Gómez reconoció la «importante labor» regulatoria y prospectiva que está llevando a cabo el Ministerio de Transición Ecológica y subrayó la necesidad de industrializar el país a través de las renovables. «En tecnologías como la eólica aparecemos en los primeros puestos de empleo a nivel mundial porque supimos capitalizar el desarrollo renovable», señaló. «Si conseguimos desarrollar industria en esta Transición Energética, habremos sentado las bases no sólo de nuestro futuro energético, sino también de la generación de riqueza y empleo para las próximas décadas», añadió el presidente de APPA.