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La irrupción el coronavirus ha puesto patas arriba las preocupaciones y expectativas de las pymes españolas. Si antes de la llegada de la pandemia era la competencia de otras compañías el principal motivo de sus desvelos, ahora lo es «la dificultad de cobro» ... . Además, casi siete de cada diez admiten encontrarse en una clara situación de «retroceso». Tan sólo el 3% considera que vive un tiempo de «estancamiento». Son algunas de las conclusiones del Tactiómetro 2020, 'Estudio sobre las preocupaciones y las demandas de la pyme española'. Se trata de una encuesta realizada a 428 compañías, la gran mayoría de entre 10 y 249 empleados, por Tactio, consultora de estrategia para pequeña y mediana empresa que opera en toda España.
La primera oleada de la encuesta se realizó entre el 10 de febrero y el 8 de marzo, mientras que la segunda tuvo lugar entre los días 20 de abril y 1 de mayo. El cotejo de las respuestas obtenidas de las empresas en uno y otro periodo permite comprobar cómo la llegada de la pandemia ha trastocado los planes de las empresas y variado su percepción sobre la marcha de sus negocios y de la economía en general.
La encuesta más reciente revela que la percepción sobre la situación económica «es dramática» entre las pymes. El 95,8% considera que estamos en recesión (el 82,9% cree que es fuerte y sólo el 12,9% la califica de «ligera). Ahora bien, la mayoría de las empresas ya apreciaba «nubarrones en el horizonte» unos días antes de la declaración del estado de alarma: el 43% hablaba claramente de recesión, y un 43,7% de estancamiento.
Teniendo en cuenta la opinión de las empresas encuestadas, y los datos sobre la evolución de los principales indicadores, los responsables de Tactio ven «difícil imaginar que vayamos a vivir una crisis en 'V'» y que tras el bache actual se vaya a producir «un gran efecto rebote».
El estudio constata que la percepción que las empresas tienen de la situación económica general y de la marcha de su negocio no concuerdan en demasiadas ocasiones. Pese a su visión «pesimista» de la situación general, la mitad de las pymes creía estar, antes de la llegada de la pandemia, en situación de ligero (41,5%) o fuerte (7,3%) crecimiento.
«Fuera esta una posición de autoengaño con relación a la situación real de la propia empresa, o una posición de pesimismo injustificado sobre la situación general, estaba fuera de toda duda que el escenario postCOVID-19 iba a ser mucho peor en la percepción subjetiva que tiene la pyme sobre sí misma», reflexionan los autores de la encuesta. Esa percepción es más pesimista cuanto más pequeño es el tamaño de la empresa.
Antes del coronavirus, la «competencia», los «costes de producción» y la «dificultad para contratar» eran las tres principales preocupaciones de las pymes encuestadas. En ese momento, la que para muchos está llamada a ser la gran revolución económica y empresarial, la transformación digital, aparecía como preocupación tan sólo en el 3,3% de las respuestas.
Sin embargo, los motivos de desvelo han cambiado de orden. Ahora el primero de ellos es «la dificultad de cobro», mientras que en segundo lugar se sitúa la «dificultad para contratar», seguido de la «falta de financiación». La necesidad de afrontar la trasnformación digital ha pasado a ocupar la penúltima posición en la lista de preocupaciones (sólo inquieta al 0,7% de las pymes).
España es un país de pequeñas y medianas empresas. Según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en febrero de este año había 2,8 millones e empresas, de las que sólo el 0,7% (no llega a las 5.000) tenía más de 249 empleados. Ningún organismo se atreve a vaticinar cuántas de ellas caerán en el transcurso de esta crisis. En todo caso, y «debido a sus propias características y el peso relativo de sus estructuras», los autores de la encuesta dan «por descontado» que será la pyme la que más sufra los efectos de la crisis. Y dentro de ese grupo, «particularmente la más pequeña».
La encuesta refleja que la preocupación por la dimensión empresarial «no sólo existe en los discursos oficiales». así, y a pesar de que el porcentaje se reduce ligeramente a raíz de la crisis, más del 41% de las empresas encuestadas estaría dispuesta a dar entrada a un fondo, ya sea en minoría, en mayoría, o incluso para hacerse cargo de la totalidad del accionariado. No obstante, a mayor tamaño, más interés muestran las empresas por las operaciones de fusión y adquisición.
Los responsables de Tactio ponen la voz de alarma en un dato que consideran «demoledor», y es el escaso aprovechamiento de la capacidad productiva interna de las empresas. Ya antes de la aparición del coronavirus, «apenas el 17%» de las pymes encuestadas decía estar aprovechando al 100 su capacidad de producción interna, mientras que casi el 58% declaraba estar en una franja de entre el 60% y el 80%. El dato era «especialmente alarmante» entre las empresas más pequeñas y el margen de mejora en este aspecto «es amplísimo».
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