Uno de las muchos problemas causados por el coronavirus es el incremento de los residuos que se generan en los hospitales. Desechos contaminados que exigen ser incinerados en el menor tiempo y las mejores condiciones posibles para no comprometer la salud pública. ... Una situación asumible en países o zonas geográficas con una buena infraestructura sanitaria y de tratamiento de residuos. Pero que supone todo un reto en lugares de difícil acceso o poblaciones en vías de desarrollo sin los suficientes recursos para combatir a la pandemia en todos sus frentes.
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Para dar respuesta a esta necesidad la empresa E&M Combustión ha diseñado unos hornos incineradores portátiles dotados de todos los elementos necesarios para su «inmediata» puesta en funcionamiento. La firma vizcaína basa ha creado este producto en su experiencia en el desarrollo de tecnologías de combustión y en hornos incineradores fijos fabricados para hospitales cubanos en colaboración con el Ministerio de Sanidad de aquel país.
«En Cuba no había hornos crematorios, así que tanto los residuos hospitalarios como los muertos se enterraban, o incluso en el caso de los desechos de hospitales, se tiraban al río, con los consiguientes problemas de salud», explica Iñigo Béjar, director gerente de la empresa. En este contexto surgió, hace ocho años, la oportunidad de colaborar con las autoridades cubanas, cada vez más concienciadas en cuestiones medioambientales. «Más tarde, en 2015, nos pidieron que desarrolláramos unos equipos portátiles para llevarlos a las zonas más remotas de la isla», añade.
Ese fue el punto de arranque de una solución que consiste en una especie de contenedor de unos 6 metros de alto, 2,3 de ancho y 3 de altura capaz de generar «una combustión eficiente en las máximas condiciones de higiene» y sin producir partículas contaminantes. El contenedor alberga en su interior un depósito de gasóleo que «garantiza un mínimo de seis incineraciones seguidas, equivalentes a su funcionamiento durante un día».
La pandemia de la Covid-19 ha puesto en serios aprietos la capacidad de determinados países para hacer frente al fuerte incremento de los residuos hospitalarios y los fallecimientos. «Hay mucha gente que ahora mismo está muriendo en lugares donde no tienen la infraestructura hospitalaria necesaria. Por ejemplo, en México D. F. existen funerarias con sus hornos crematorios. Pero en Chiapas la gente se está muriendo en la calle», relata Béjar.
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El máximo responsable de E&M Combustión asegura haber recibido numerosas consultas por parte de algunas administraciones públicas de distintos países del continente americano, por lo que han decidido dar un acelerón su propuesta comercial. «Hemos planteado ofertas tanto a la sanidad mexicana como al gobierno de Bolivia a través de empresas que trabajan con ellos. También hemos contactado con gente en Colombia. Están bastante interesados en nuestro producto», dice.
Las incineradoras usadas en Cuba fueron fabricadas en parte en aquel país, «por una cuestión de costes». Sin embargo, los hornos que ahora ofrece E&M Combustión son cien por cien producto propio, diseñados por su división de ingeniería y construidos en el taller de calderería. La firma, ubicada en Artea, nació en 2004 y se decida a las actividades de ingeniería, desarrollo y fabricación «a medida» de equipos y sistemas de combustión. Sus clientes proceden fundamentalmente de los sectores de 'oil&gas', producción de cemento y fertilizantes, generación de energía y alimentación y bebidas.
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