El consumo de gasolina se hundió casi un 19% el año pasado en Euskadi

El motivo de esa diferencia es que la gasolina -de 95 o 98 octanos- es un combustible consumido fundamentalmente por vehículos particulares. Las restricciones impuestas por el estado de alarma dejaron en el dique seco, o con un actividad mínima, a buena parte de esos automóviles. Por contra, el gasóleo A no sólo alimenta los coches privados, sino a todos los camiones y casi todas las furgonetas y otros vehículos de reparto. Es decir, una parte imprescindible de la cadena que hace funcionar los servicios esenciales, que no se vieron obligados a hibernar por culpa del coronavirus.

De ahí que el pasado mes de abril -con todo un país medio parado- registrara consumos mínimos en todos los carburantes, pero especialmente en las gasolinas. La de 95 octanos sumó 3.994 toneladas, un 75,7% menos que en abril de 2019. El consumo de gasolina de 98 octanos -mucho menos utilizada- sólo alcanzó las 281 toneladas, cuando un año antes registró 1.202 (-76,6%). En cambio el descenso del diésel, aunque también muy considerable, se quedó en un -41,4%.

En el conjunto de España el uso de combustibles de automoción fue bastante mayor, de un 17,5%, después de seis años consecutivos de incrementos. Especialmente las gasolinas, que con un descenso del 21%, retrocedieron a niveles de 1973. En cuanto al gasóleo de automoción, no se consumía menos desde 2002 (-16,7%).

El pasado año no sólo se redujo el consumo de combustibles de automoción. También cayó el de gas natural, tanto el convencional como el destinado a la generación eléctrica. En Euskadi el descenso fue del 17,4%, mucho más acusado en el caso de las centrales de ciclo combinado, que utilizan esta materia prima para generar electricidad (-34,8%). Respecto al consumo de hogares, comercios y empresas, se contrajo casi un 11%.

En España el descenso fue menor, tanto el consumo convencional (-6,3%) como en el destinado a generación eléctrica (-20,3%). En conjunto, el descenso fue de casi un 10%.