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Los síntomas de desaceleración económica se dejan sentir en el mercado laboral. También en la marcha de los pequeños negocios, aquellos sustentados por trabajadores autónomos. En lo que va de año enEuskadi se han destruido casi 2.500 empleos por cuenta propia. La ... afiliación al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) ofrece en esos primeros nueve meses de 2019 un saldo negativo de 2.489 personas. Y buena parte de esas bajas, un 57%, se dan en el comercio. Un sector que protagoniza en el País Vasco, aunque también en otras comunidades autónomas, lo que algunos ya definen como el «pinchazo de la burbuja emprendedora».
Según datos facilitados por la Federación ATA, a finales del pasado mes estaban inscritos en el RETA 169.997 autónomos vascos, un 1,4% menos que a comienzos de año. Los sectores económicos de mayor peso en este colectivo de trabajadores son el comercio (39.915 afiliados), la industria (24.362), y la construcción (21.899). Los autónomos comerciantes representan casi uno de cada cuatro inscritos en el RETA (el 23,5%). Sin embargo, son responsables del 57% del trabajo por cuenta propia perdido en lo que va de año: 1.424 comerciantes menos, lo que supone una caída del 3,4%.
Los problemas del comercio no son, sin embargo, exclusivos de Euskadi. que sigue «la tónica a nivel nacional», según José Luis Perea, secretario general de ATA. «Nos preocupa porque es un sector que está sufriendo por la revolución en la manera de comprar. Los negocios de los autónomos no pueden competir con determinadas plataformas», lamenta. Hay otras causas que explican la destrucción de empleo autónomo en el sector, «como la incertidumbre política. El autónomo necesita cierta seguridad porque está arriesgando su patrimonio. Y los peores meses vienen ahora, hasta final de año».
En opinión de Eduardo Abad, secretario general de la asociación Upta, es más contundente en su diagnóstico. «En 2019 la burbuja del emprendimiento ha estallado», sentencia. «En los últimos años se habían registrado datos positivos de afiliación, pero eran engañosos, puesto que si bien se crecía en número, ya se notaba que en cuanto hubiera un leve constipado de la situación económica, política y social como ahora, se empezaría a reflejar», añade.
Es cierto que en los primeros nueve meses del año se ha registrado un saldo aún positivo de trabajadores autónomos inscritos en el RETA a nivel nacional (11.595 más), pero según destacan en ATA, «se trata de un crecimiento cuatro veces inferior al registrado en el mismo periodo de 2018, cuando el régimen sumó 48.992 emprendedores».
Abad cree que existe «una sobredimensión de la oferta sobre la demanda. Ahora mismo el consumo interno se está detrayendo. Por tanto, el problema del comercio, tremendamente delicado, no sólo obedece a que los patrones de consumo y a forma de divertirse ha cambiado». El máximo responsable de Upta recuerda que el comercio o la hostelería han sido tradicionalmente dos sectores 'refugio' para trabajadores que se han quedado fuera del mercado laboral. «No tenían posibilidad de reciclarse en otros sectores. Por otro lado, las políticas de tarifas planas y de incentivar el emprendimiento llevó a muchas personas a la falsa creencia de que se podía seguir desarrollando una actividad autónoma en sectores ya muy atomizados», dice.
Perea comparte el argumento, y considera necesario poner en marcha «un plan de reconversión para el comercio, como en su día se ha hecho con la minería. Piensa que uno de cada cuatro autónomos es comerciante».
Las actividades profesionales que más crecen en Euskadi son las artísticas y de entretenimiento. El número de afiliaciones al RETA sube un 2,1% en lo que va de año. Hablamos, en todo caso, de un sector que emplea a muchos menos autónomos que el comercio o la industria (sólo 2.805). Lo mismo pasa con las actividades inmobiliarias, que experimentan un crecimiento del 1,8% (29 afiliados más, hasta los 1.593).
Son los dos tipos de actividades que mejor se han comportado en el conjunto de España en lo que va de año. El incremento en la primero de esos sectores obedece, según Abad, a que «cada vez hay más profesionales que se cualifican y prestan servicios a otras empresas del mundo de la cultura y el entretenimiento. Es decir, una contratación de profesionales para empresas como, por ejemplo, productoras».
En cuanto al crecimiento de afiliados en actividades inmobiliarias, no hacen sino reflejar «ese repunte que se ha producido en el sector, que vuelve a poner de manifiesto lo que tantas veces hemos dicho: volvemos a caer en la misma trampa que en 2007 y 2008, justo antes de que estallara la burbuja inmobiliaria». A juicio del secretario general de Upta, se trata de una situación coyuntural, «que no se sostiene con datos fieles, porque en este último trimestre han vuelto a caer la venta de inmuebles y el alquiler en el sector privado. Cuando el sector vuelva ir hacia abajo el propio mercado acabará arrojando a los trabajadores sobrantes». A esto hay que añadir el hecho de que los falsos autónomos «se han metido de lleno» en el sector inmobiliario.
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