El trío The Scaffold.
Música económica

Las canciones de la 'decimalización': adiós al LSD

En 1971, el Reino Unido abandonó su sistema monetario tradicional, una auténtica tortura para los extranjeros, y el trío satírico The Scaffold puso música a la campaña de la BBC que aclaraba las novedades a los ciudadanos

CARLOS BENITO

Sábado, 14 de septiembre 2019, 22:25

El 15 de febrero de 1971 fue una jornada complicadilla en el Reino Unido. En esa fecha, los británicos dijeron adiós a su antiguo sistema monetario y abrazaron por fin la base decimal que empleaba la inmensa mayoría de los países del mundo. Hasta entonces, ... para un extranjero, pagar en las tiendas solía suponer una pequeña tortura: la libra se dividía en veinte chelines y el chelín, en doce peniques, aunque el repertorio se complicaba todavía más si consideramos conceptos como el florín (equivalente a dos chelines), la corona (es decir, cinco chelines) o la guinea (nada menos que veintiún chelines, es decir, una libra y un chelín). Era el sistema conocido como LSD, no por sus efectos estupefacientes sino por las siglas de las monedas romanas en las que se basaba: libra, sólido y denario. Los intentos de pasar a un sistema decimal habían arrancado en el siglo XVIII, pero no ganaron la fuerza suficiente hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando esa costumbre de multiplicar y dividir por doce se había convertido ya en una extravagante rareza dentro de Europa.

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Para muchos británicos, el cambio suponía un cataclismo cotidiano. Las nuevas monedas eran el enemigo, en una situación similar a la que se dio en nuestro país con la entrada en vigor del euro. Las instituciones tomaron cartas en el asunto con una insistente campaña de pedagogía que atacaba por todos los frentes, pero muy especialmente a través de la televisión: la BBC programó una serie de breves programas para aclarar a los ciudadanos lo que iban a llevar a partir de entonces en sus carteras. Se titulaban 'Decimal Five' e incluían breves canciones, a modo de 'jingles' publicitarios, que quedaron grabadas para siempre en la mente de millones de espectadores.

Los responsables de ese apartado musical eran The Scaffold, un singular trío de Liverpool que aunaba canción, comedia y poesía, en la tradición de humor absurdo tan característica del Reino Unido. Su mayor éxito fue el número uno navideño de 1968, con su tema satírico 'Lily The Pink', y en su formación no pasaba desapercibida la presencia de Mike McCartney, el hermano menor del 'beatle' Paul, que había preferido adoptar el nombre artístico de Mike McGear para que no le acusasen de parasitar el éxito de su pariente. Las cancioncillas de The Scaffold para 'Decimal Five' cumplían su objetivo didáctico sin apartarse de la vena tirando a marciana de su producción habitual: «El punto decimal es redondo y pequeñito, / el punto decimal es divertido. / Separa los peniques de las libras / cuando estás contando el dinero», decía una de ellas. Hay que comentar que el propio punto resultaba llamativo para los británicos, que solían escribir los precios con una barra: el ejemplo más conocido es el 10/6 de la etiqueta que lucía el Sombrerero Loco de Alicia, porque su chistera costaba diez chelines y seis peniques, es decir, media guinea. Otras composiciones para el espacio de la BBC eran todavía más sencillas, como esta, que apuesta por trasladar a los ciudadanos un mensaje vagamente tranquilizador: «La decimalización no va a cambiar tu vida».

Las minimalistas piezas de The Scaffold no fueron la única música vinculada al 'Día Decimal' o 'Día D', tal como se bautizó aquel 15 de febrero. Las complicaciones que implicaba el cambio monetario estimularon particularmente a quienes se movían en la intersección de comedia y canción, un terreno tremendamente fecundo en el Reino Unido. El ejemplo más claro es el de Max Bygraves, veterano intérprete que publicó 'Decimalisation', un tema un tanto oportunista en el que repetía la palabreja con tono entusiasta e incluso se lanzaba a algo parecido a un proto-rap: «Acabaron los días en los que doce viejos peniques sumaban un chelín, ¡no tenía mucho sentido! / La media corona también se ha ido para bien, una moneda que los extranjeros nunca entendieron», decían dos de los versos.

Como contrapeso sirve el tema de otro comediante ya talludito, Wilfrid Brambell, muy popular en aquel tiempo por su participación en la serie 'Steptoe and Son' y en la película '¡Qué noche la de aquel día!' de los Beatles. La aportación de Brambell, que llevaba el austero título de 'The Decimal Song', se mostraba muy crítica con el lío matemático que se avecinaba: «Ya nunca seremos capaces de contar», sentenciaba tras repasar con ironía las nuevas equivalencias.

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