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Maureen O'Hara.
La canción protesta según San Lucas y Maureen O'Hara
Música económica

La canción protesta según San Lucas y Maureen O'Hara

El tradicional irlandés 'The Rich Man Died', grabado por la actriz en los 60, recoge la parábola del pobre Lázaro de una manera a la vez fiel y juguetona

Domingo, 24 de enero 2021, 09:54

Podríamos decir que el letrista de nuestra canción de esta semana es San Lucas, el evangelista. Es verdad que sus palabras se ven sometidas a un tratamiento bastante pintoresco, pero, en esencia, 'The Rich Man Died' es una versión muy fiel de la parábola del rico epulón y el pobre Lázaro, que aparece en el capítulo 16 de su evangelio. Lo cierto es que Lucas proporcionó mucho material apto para el reciclaje en música económica, ya que su libro presta muchísima atención al destino ultraterreno de los pobres y los ricos. Por ejemplo, remata las bienaventuranzas con cuatro maldiciones, una de ellas contra los ricos, además de recoger aquello tan famoso de «es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que que un rico entre en el Reino de Dios». La parábola que nos ocupa nos ha dejado un par de legados curiosos: la palabra 'epulón' (que no aparece en el texto original y designaba un rango sacerdotal romano) figura hoy en el diccionario de la RAE con el significado de 'hombre que come y se regala mucho', mientras que Lázaro ha quedado como patrón de los mendigos.

'The Rich Man Died' es una canción tradicional irlandesa que, en 1961, fue grabada por Maureen O'Hara, también originaria de la isla verde. La actriz pelirroja y reina del Technicolor era además una cantante talentosa y, de hecho, a finales de los 50 y principios de los 60 tuvo que centrarse en esa faceta menos conocida a raíz de una operación de disco. Aquí, la católica e indomable Maureen sale airosa de una interpretación que no es nada fácil, porque la letra de esta canción presenta un par de particularidades cercanas al trabalenguas: añade un final en 'ium' a la última palabra de cada verso ('hell', infierno, se convierte así en 'hellium', y 'heaven', cielo, es 'heavenium') y plantea un estribillo endiablado que combina los aleluyas con juguetonas creaciones léxicas como 'skinamalinkadoodleaye'.

El 'carbonio' y el 'tormentio'

La grabación de O'Hara se salta la parte 'pre mortem' de la parábola, que sí aparece en otras versiones de la canción, y arranca justo cuando «el rico murió y bajó al infiernio» (traduzcamos así, con perdón, el rizo final de cada verso), mientras que «el pobre murió y subió al cielio». El rico pasaba allá abajo su tiempo «paleando carbonio» y soñando con algún alivio «del calor y el tormentio». Le rogó al pobre que le bajase una gota de agua para refrescarse la lengua, pero, desde los cielos, un severo Abraham le respondió que «eso no podía hacersio», ya que, cuando estaban en la tierra, el rico se había negado a darle al pobre «ni una miga» (¿ni un mendruguio?).

«Entonces, envía una advertencia de los muertos a los vivios / y salva a mis hermanos pecadores del camino que yo tomé hacia el infiernio», ruega el rico. «Y dijo el padre Abraham: eso también debo rechazarlio, / porque, cielo o infierno, un hombre debe elegirlo por sí mismio». Los irlandeses, con su historia salpicada de tragedias y miseria, están muy lejos de ser los únicos que encuentren algo de consuelo en la dura narración del evangelio de Lucas, pero está claro que muy pocos pueblos habrían sabido transformarla en una canción tan chispeante.

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