BBVA se apresta a poner distancia con el pasado

La investigación judicial avanza no sin dificultades -todos los investigados citados hasta ahora se han negado a declarar, en lo que cabe interpretar cuando menos como un acto de autoprotección y también de poco amor por la transparencia-, al tiempo que el trabajo interno de la entidad puede estar casi acabado. A la espera, al parecer, de que sus autores PWC, Garrigues y Uría, elaboren los informes finales, que serán puestos en manos del juez Manuel García-Castellón que instruye en caso.

BBVA ha dado esta semana un paso sorprendente, al retirarse como acusación particular en la causa abierta contra el que fuera presidente de la asociación Ausbanc, Luis Pineda. Uno de los trabajos realizados por Villarejo para BBVA estaba relacionado con Pineda. Las interpretaciones han sido numerosas. El banco, de forma oficial, ha venido a decir que es suficiente con la Fiscalía para perseguir los presuntos delitos cometidos. Hay quien ha interpretado que era una marcha atrás porque va a poder evidenciarse que la actuación del banco tampoco fue muy legal, precisamente. Y por último, quien lo ha ligado a una demanda que ha presentado el propio Pineda contra el banco, precisamente por el espionaje al que pudo ser sometido.

Pero en toda esta melé, también hay quien interpreta que hemos asistido, sin darnos mucha cuenta, al primer acto de ruptura de Carlos Torres con el turbio pasado reciente que parece rodear al banco. En los próximos días y semanas, al parecer, habrá otros gestos. Con una cadencia que será paralela al avance de la investigación y también al aumento de los nubarrones sobre ese pasado con el que, precisamente, se quiere poner distancia.