En muchas ciudades en ambas costas del Pacífico, están acostumbrados a recibir con alguna frecuencia las «alertas de tsunami». El Cinturón de Fuego es una enorme herradura bajo la superficie de este océano, que concentra la mayor actividad sísmica y volcánica del planeta. De vez ... en cuando, se detecta un nuevo terremoto o la erupción de un nuevo volcán bajo el mar, que la experiencia demuestra que, en ocasiones, puede acabar en una ola de gran poder de destrucción. El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, situado en Hawai, lanza entonces una alarma a las poblaciones potencialmente afectadas.
Publicidad
En 2004 el Índico, el sistema de alertas no funcionó adecuadamente, y el tsunami arrasó las costas de Indonesia, Sri Lanka, India, Tailandia, sin previo aviso…
El confinamiento ha sido como un terremoto que ha sacudido nuestra economía. Los meses de inactividad, y las restricciones que seguirán afectando a varios sectores hasta que se pueda distribuir globalmente una vacuna eficaz, han sacudido los cimientos de nuestro modelo productivo.
Nos queda por saber, si después de este terremoto, vendrá un tsunami, un ciclo de recesión económica que venga a golpear de nuevo los edificios que se han mantenido en pie. Las instituciones económicas globales han lanzado la alarma, y están diseñando políticas fiscales y monetarias contracíclicas (elevando el gasto público y comprando deuda).
La Comisión Europea (CE) ha propuesto un fondo de 750.000 millones de euros para la recuperación económica de la Unión Europea, de los que 440.000 millones de euros irán a inversión/gasto directo en los Estados Miembros, y los 310.000 millones restantes en préstamos, que ahora no son muy relevantes porque los estados se financian muy barato.
Este paquete suma a los ya aprobados (compras del BCE (750.000M ampliables), nueva línea del MEDE (240.000M), programa SURE para pagar los ERTES (100.000M) y fondos del Banco Europeo de Inversiones para apoyo a empresas (200.000M).
Publicidad
Es importante entender que habrá condicionalidad en estas ayudas. A España le podrían llegar a corresponder más de 65.000 Millones de Euros, pero para ello deberá presentar proyectos de transformación que no solo nos ayuden a parar este tsunami, sino que nos preparen para un futuro en el que seguiremos viviendo entre olas de cambio gigantescas. Una gran oportunidad para Euskadi, que no podemos dejar pasar.
La ocasión para abordar reformas ambiciosas en el ámbito de la educación, la salud, las políticas industriales y tecnológicas es formidable, no podemos desaprovecharla.
Además de las políticas fiscales y monetarias, queda una tercera palanca de transformación, más compleja de pilotar, que tiene que ver con las políticas comerciales. Europa va a ser en esta próxima década el escenario de la batalla industrial y tecnológica entre las poderosas multinacionales americanas, y las emergentes chinas. China ha liderado por primera vez la lista del Fortune Global 500 (129 China frente a 121 USA). Elegirán Europa para su combate porque somos todavía la clase media más númerosa y de mayor poder adquisitivo del mundo: seremos el nuevo «Cinturón de Fuego», una zona de concentración de seísmos.
Publicidad
Esta situación creará grandes amenazas para nuestras empresas, pero también gigantescas oportunidades para atraer inversiones en actividades tecnológicamente avanzadas, y crear empleo estable para nuestros jóvenes. No se trata de vendernos al mejor postor (eso sería pan para hoy y hambre para mañana), sino de navegar con inteligencia las olas de este tsunami…
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.
