AcerlorMittal reducirá su capacidad de producción en Asturias

Hay varias razones, todas ellas de índole económico, que justifican esta decisión. La primera es el incremento de los costes de emisión de CO2 –el precio por contaminar-, que han experimentado un notable crecimiento y que en todo caso puede ir al alza pero difícilmente a la baja. Producir acero en horno alto –como los que tiene la compañía en Gijón o los que tenía Altos Hornos de Vizcaya en su momento- es, simplemente por este efecto, menos rentable. Sus emisiones de carbono son muchísimo mayores y ello ha obligado a la siderurgia integral, la que empieza su proceso de producción desde el mineral de hierro, a mirar con ojos de envidia los hornos eléctricos.

Así las cosas, ArcelorMittal cerrará uno de sus dos hornos altos de Veriña y construirá uno eléctrico. Las cifras cambiarán algo. Los dos hornos altos actuales tienen una capacidad de producción de 5 toneladas anuales -2,5 cada uno-, mientras que el nuevo horno eléctrico será de 1,4 toneladas. Con ello, en el futuro, la producción se situara en torno a los 4 millones de toneladas en esas instalaciones. La empresa apunta que la pérdida real no llegará al millón, ya que los hornos altos jamás han alcanzado su punto de máxima producción y no han sobrepasado los 4,5 millones de toneladas.

La nueva estrategia de la multinacional va a favorecer a la ACB de Sestao. Si hace apenas cinco años su futuro estaba en cuestión, todo apunta a que ahora es de color de rosa. En parte, precisamente, porque el aumento de los coste de las emisiones le ha devuelto algunas dosis de competitividad y ahora resulta más rentable producir en sus instalaciones.