Medio siglo de organización y lucha

El camino recorrido no ha sido nada fácil, pero gracias al trabajo incansable de sus militantes, LAB ha ido creciendo y llega al medio siglo con los mejores datos de representatividad y habiendo superado las 50.000 personas afiliadas.

Siempre hemos querido dar respuesta a las necesidades de toda la clase trabajadora de Euskal Herria. El sindicato tiene que ser un instrumento útil al servicio de esta y eso nos lleva a hacer una lectura crítica de la evolución de las condiciones de vida.

El capitalismo heteropatriarcal y colonial se manifiesta de forma muy virulenta. A las desigualdades sociales que genera se suman la crisis ecológica, o de cuidados, o el aumento de las guerras a lo largo y ancho del mundo. El descontento que crea el propio sistema es terreno abonado para el avance de ideas reaccionarias y el auge de la extrema derecha en distintos Estados europeos.

El mejor antídoto para frenar todo ello es una clase trabajadora que se organiza y lucha. Un país que sale a la calle, a huelgas y movilizaciones, a defender el sector público, la transformación de los cuidados, a exigir la eliminación de las brechas de género o raza, a reivindicar salarios y pensiones dignas. Un amplio espacio social, sindical y político de izquierdas, independentista, que dispute el poder al capital en los centros de trabajo, en la calle y en las instituciones.

LAB desde sus inicios ha luchado contra la dictadura franquista y contra el régimen del 78, que como vemos de nuevo, no supuso la democratización del Estado español. Necesitamos nuevos marcos jurídicos y políticos. El sindicalismo debe ser agente activo para impulsar esos cambios políticos, poniendo en el centro del debate cuestiones que son troncales para garantizar una vida digna a los trabajadores.

No nacimos para resistir, sino para ganar. Hacemos contrapoder para construir poder popular y avanzar en la liberación nacional y la transformación social. Ese sigue siendo el compromiso de LAB.