Las concentraciones se sucedieron ayer en Euskadi para denunciar la última muerte en el trabajo, la del operario de 63 años que perdió la vida el pasado lunes cuando en la construcción de un chalet en Berango le cayó encima el cuadro eléctrico. Este fallecimiento, ... que todavía se investiga, se suma a la negra lista de 18 trabajadores que han perdido la vida en el primer semestre de este año según el recuento del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan. Se trata del peor balance en más de una década. De hecho, hay que remontarse a 2012 para encontrar una cifra similar en un primer semestre.
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Los sindicatos, que manejan cifras de siniestralidad mayores que las de Osalan, volvieron a criticar la falta de medidas de seguridad en las empresas y exigieron un mayor control por parte de la Inspección de Trabajo. «Denunciamos la pasividad de la Administración ante las irregularidades», señalaron en ELA. «Los trabajadores siguen perdiendo la salud y la vida en el tajo mientras se habla de absentismo. Esta debe ser la prioridad de un Gobierno digno», destacaron en LAB, que se movilizó frente a la patronal de la construcción Ascobi para protestar por la alta incidencia de los accidentes laborales en este ámbito. El sindicato abertzale también recordó que el trabajador fallecido en Berango pertenecía a una subcontrata, algo habitual en las estadísticas de siniestralidad.
El balance del primer semestre arroja 15 fallecidos en su puesto de trabajo y tres 'in itinere' (en desplazamientos hacia o desde el trabajo), lo que supone un total de 18, cuatro más que en el mismo periodo del año anterior. Trece de las muertes fueron provocadas por accidentes traumáticos mientras que las otras cinco se debieron a causas no traumáticas como infartos o derrames cerebrales.
El sector servicios es el que registró un mayor número de muertes en la primera mitad del año, seis en concreto. Hay que tener en cuenta que en este capítulo se incluye la actividad del transporte, que tiene un elevado índice de siniestralidad. Le sigue la industria, con cinco fallecidos. En la construcción se contabilizaron tres y en el sector primario uno.
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Otro dato reseñable es la diferencia por territorios dado que Gipuzkoa concentró 10 de los 15 accidentes mortales que se produjeron en el puesto de trabajo. En Álava fueron tres y en Bizkaia dos.
Más allá de los trabajadores fallecidos, la estadística de siniestralidad arroja un preocupante aumento de los accidentes considerados graves. Se contabilizaron 116 en el primer semestre, un 45% más que en el mismo periodo del año anterior. En total se registraron 20.183 accidentes, un 7% más que en 2023.
En el conjunto de España fallecieron 360 trabajadores en los seis primeros meses del año, 23 más que en igual periodo del año pasado, según los datos del Ministerio de Trabajo publicados ayer. También en este caso el sector servicios fue el que concentró más accidentes mortales, 154, seguido de la construcción, con 70.
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Los accidentes con baja sumaron 306.633, un 0,2% más, de los que 264.267 se produjeron en el centro de trabajo. Los graves sumaron 1.823, un 1% menos.
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