![Movilización de UGT y CC OO en Bilbao a su paso por la Gran Vía.](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202105/01/media/cortadas/ccoo-ugt-U40576360612S-U140231725975SgC-1248x770@El%20Correo-ElCorreo.jpg)
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Tras la celebración virtual del año pasado, los trabajadores volvieron ayer a las calles el Primero de Mayo para reivindicar la derogación de la reforma laboral y más derechos para la clase obrera. A pesar de las restricciones de movilidad impuestas por Interior y validadas ... por el Tribunal Superior vasco, varios miles de personas participaron en las manifestaciones convocadas en las capitales vascas. En Bilbao, las movilizaciones de los sindicatos marcharon por las principales calles de la ciudad en columnas y respetando las medidas de seguridad. El sindicato LAB partió desde la Plaza Zabalburu y ELA, CC OO, UGT, Steilas, ESK y CNT desde el Sagrado Corazón.
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En medio de un ambiente festivo y repleto de banderas y pancartas, Mitxel Lakuntza, el secretario general de ELA -sindicato mayoritario en Euskadi-, defendió que es hora del cambio. «Con la pandemia nuestras reivindicaciones toman más fuerza que nunca. No estamos todos por las prohibiciones de movilidad, pero no nos van a callar», destacó Lakuntza, quien pidió un aplauso para los trabajadores esenciales.
Defendió además que ese reconocimiento debe ir acompañado de acciones: «El lehendakari dice que no es momento de derogar la reforma laboral ni de hacer una reforma fiscal en la que paguen más los que más tienen. Si no hay cambios habrá recortes», señaló.
En ese sentido, el sindicato se muestra preocupado ante las condiciones a las que estarán sujetos los fondos europeos. «Se movilizarán millones de euros que irán a parar a grandes multinacionales a cambio de retrasar la edad de jubilación y de rebajar las pensiones», denunció.
Lakuntza criticó al Gobierno vasco por su «inacción» ante los despidos colectivos en empresas como Tubacex y Aernnova y por «ponerse de perfil» en operaciones como la compra de los terrenos de La Naval o de Euskaltel. «No hay estrategias de empleo. Aquí la única estrategia es la de fomentar la especulación», criticó el dirigente de ELA.
La central nacionalista asegura que busca una salida de la crisis «con más derechos y que no deje a nadie atrás, que no sea como la de 2008», aunque su líder denunció que «no hay mesas» para discutir estas cuestiones.
En la Plaza Zabalburu, la secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu aseguró que «se debe apostar por una alternativa ecológica y feminista» ante un sistema social y ecológicamente insostenible. Es el momento, aseguró, de «otra huelga general» que impulse la transformación.
En ese camino, la central está dispuesta a «buscar consensos» porque auguran «más recortes» mediante «reformas en las relaciones laborales, en las pensiones» o a través de no «reforzar» los servicios públicos. El sindicato, en cambio, defiende la necesidad de «más inversión en sanidad y servicios públicos de cuidados», una demanda que pudo leerse en numerosas pancartas durante la marcha de la capital vizcaína. «También es fundamental derogar la reforma laboral y llevar a cabo una reforma fiscal. No se quiere abordar, pero sin ella habrá recortes», aseguró Aranburu.
CC OO y UGT de Euskadi marcharon ayer de forma conjunta bajo el lema 'Ahora toca cumplir'. En el primer tramo avanzaron con la pancarta del revés como protesta por la sentencia del TSJPV, que consideran limita el derecho a manifestarse. En su intervención, la secretaria de CC OO, Loli García, destacó la necesidad de impulsar un modelo económico y social más justo. Durante la pandemia «los trabajadores han sostenido a la sociedad» y por ello es momento de «derogar la reforma laboral, subir el salario mínimo y defender el sistema público de pensiones».
El secretario general de UGT Euskadi, Raúl Arza, también defendió que «es hora de cumplir con la clase trabajadora» y pidió acabar con la temporalidad. La central también reclama poner al día la agenda social pendiente «subiendo el SMI y derogando las reformas laboral y de pensiones».
Bajo el lema 'Ahora toca cumplir. Un país en deuda con su gente trabajadora', los sindicatos volvieron este Primero de Mayo a tomar las calles de más de 70 ciudades españolas, en una celebración singular, sobre todo en Madrid, por el marcado tinte de acto electoral que tuvo a apenas tres días de la votación a la presidencia de la comunidad.
Además de los candidatos de los partidos de izquierdas -acudieron Ángel Gabilondo (PSOE), Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y Mónica García (Más Madrid)-, hasta siete ministros participaron en la manifestación que partió de la Plaza de Cibeles y acabó en la Puerta del Sol. Entre ellos, y por primera vez, un ministro -en este caso ministra- de Trabajo del Gobierno de España, Yolanda Díaz, quien justificó su presencia «como ha hecho siempre desde niña». la titular de Trabajo explicó ante los medios que la respuesta «más efectiva y rotunda» a la crisis económica y social es «el trabajo decente, la solidaridad y la justicia social». A la manifestación también acudieron la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, José Luis Ábalos (Transportes), Reyes Maroto (Industria y Turismo), José Manuel Rodríguez Uribes (Cultura), Ione Belarra (Derechos Sociales y Agenda 2030) e Irene Montero (Igualdad).
Desde los sindicatos restaron importancia al hecho de que la numerosa presencia política dejara en segundo plano el carácter reivindicativo de la jornada. «Lo importante es que nos escuchen», explicaron. Sin embargo, tanto desde CC OO como desde UGT indicaron que no pueden ser ajenos a la campaña política de Madrid y en los discursos sus dirigentes entraron en la batalla electoral. «Nos estamos jugando cuestiones muy importantes para los trabajadores y a nadie se le escapa la dimensión estatal que tienen estas elecciones», señalaron.
El secretario general de CC OO, Unai Sordo, y el de UGT, Pepe Álvarez, coincidieron en que es fundamental hacer frente «al modelo de precariedad permanente» con un contrato social del siglo XXI como «la mejor vacuna contra la extrema derecha».
Al margen de las incursiones en política, entre las principales reivindicaciones de Día del Trabajador, los sindicatos destacaron la urgencia por cambiar la reforma laboral. «Va a ser una negociación compleja y dura», reconocieron, pero también aseguraron que exigirán al Gobierno «que cumpla sus compromisos» si no se alcanza un acuerdo dentro del diálogo social.
Consideran además que «el país tiene una deuda con su clase trabajadora y el crecimiento no se puede afrontar con las mismas reformas que entre 2010 y 2015 empobrecieron España y crearon más exclusión social». En este sentido, apostaron en su manifiesto por «atajar la dualidad del mercado de trabajo, el exceso de contratación temporal y el paro juvenil».
Del mismo modo, apelaron a recuperar el papel de los convenios colectivos, con «una legislación con más garantías y control de las inaplicaciones de los mismos». La mejora de las prestaciones por desempleo y la aprobación de una ley por la igualdad salarial fueron otras de las reivindicaciones de la jornada, junto a la reforma de las pensiones. Del mismo modo, los sindicatos también reclamaron la subida del Salario Mínimo Interprofesional.
El líder de UGT, Pepe Álvarez, reconoció la eficacia de algunas medidas puestas en marcha durante esta pandemia, como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), «sin los que hoy tendríamos cerca de 7 millones de parados», dijo.
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