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En la última década Euskadi ha visto cómo se reducía su población en edad de trabajar en casi 87.000 personas y las previsiones del Eustat apuntan a que en los próximos diez años perderá otros 95.000 efectivos. La evolución demográfica es uno de ... los principales desafíos a los que se enfrenta el País Vasco, según explicó el presidente del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), Tomás Arrieta, durante la presentación ayer del informe anual. Como remedio, propone impulsar la tasa de actividad de mujeres y jóvenes.
Al hacer balance de 2018, Arrieta alertó de que la temporalidad se ha enquistado pero, por el lado positivo, señaló que la recuperación comienza a notarse en los salarios y que ha avanzado la negociación colectiva.
El envejecimiento de la población es uno de los grandes problemas que tiene Euskadi, quizás el más grave de todos. Así lo ve el Consejo de Relaciones Laborales (CRL), que ayer dio unos datos escalofriantes durante la presentación de su informe anual. En la última década, marcada por la brutal crisis, la población en edad de trabajar (entre los 20 y los 64 años) se ha reducido en casi 87.000 personas, hasta los 1,3 millones. Es una caída del 6,2%.
En el otro extremo, la población mayor de 65 años ha incorporado a 80.000 personas, hasta acercarse al medio millón. Es decir, casi coincide la fuerza laboral que se ha perdido con el incremento de los mayores a los que hay que cuidar y pagar las pensiones.
Para el presidente del CRL, Tomás Arrieta, lo más preocupante es que la cosa solo va a empeorar. «Las proyecciones de población del Eustat vaticinan un descenso de la población potencialmente activa cercano a 60.000 personas en el año 2025 y de 95.000 en el ejercicio 2030», recordó.
La recomendación del organismo para contrarrestar esta tendencia negativa consiste en estimular la tasa de actividad de las mujeres –está en el 52% frente al 61,5% de los hombres– y también la de los más jóvenes.
Según explicó Arrieta, los jóvenes en Euskadi y el conjunto de España apenas compatibilizan estudios y trabajo. De ahí que su tasa de actividad ronde el 33% frente al 65%-70% de los países nórdicos.
Otro aspecto negativo del mercado laboral vasco es la elevada temporalidad, que terminó el año en el 25,8%. Lo más llamativo es que esta altísima tasa se registró en un año en el que se alcanzó el récord histórico de contratos indefinidos, tras crecer un 21%.
Arrieta manifestó una gran preocupación por esta aparente paradoja y, para explicarla, recurrió a un reciente estudio del CRL sobre la pérdida de calidad de los empleos fijos. Así, recordó que un 45% de los contratos indefinidos no sobrevive los tres años. No obstante, no descartó que la clave esté en la elevadísima temporalidad del sector público (35,5%), tal como reveló un informe reciente de Confebask.
Al margen de las causas, el presidente del CRL alertó del «enquistamiento» de la temporalidad; y también señaló que este año están cayendo los contratos indefinidos al desaparecer la modalidad conocida como de apoyo a los emprendedores.
El salario medio creció con fuerza en Euskadi en 2018, un 2,4% hasta los 2.258 euros, según la estadística del INE. Para el Consejo de Relaciones Laborales, este notable incremento, que rompe con la línea de años anteriores, permite afirmar que «la mejora de la economía comienza a reflejarse en los salarios».
Arrieta destacó ayer que por fin la creación de empleo va de la mano de un incremento de las remuneraciones. «Eso no había ocurrido en años anteriores. Al contrario: al recuperarse el empleo bajaba el salario medio, un reflejo de las condiciones en las que entraban los nuevos trabajadores», explicó.
La mejora salarial también se observa en la negociación colectiva. El incremento medio en los convenios vigentes en Euskadi en 2018 alcanzó el 1,86%, con lo que superó la inflación, del 1,6%. En los acuerdos firmados ese mismo año el aumento se dispara hasta el 2,15%.
La negociación colectiva experimentó un notable impulso en 2018, todo un avance después de años de bloqueo. Casi el 25% (el 24,8%) de la población trabajadora renovó su convenio, un 8,6% más que el año anterior. Gracias a este empuje, los asalariados con acuerdos actualizados pasaron del 39,2% al 47,3%. «Son los mejores datos en cinco años», aseguró Arrieta. Con todo, quedó trabajo por hacer: un 37,8% de los trabajadores tenía el convenio pendiente de renovar y el 14,6%, decaído.
Aparte de los números en sí, el presidente del CRL destacó que el avance se ha producido de la mano de los convenios sectoriales, «que son la columna vertebral», y de la negociación llevada a cabo 'en casa'. De ahí que hayan ganado peso los convenios negociados en Euskadi.
Además, la tendencia se mantiene en 2019, con un 40,3% de los trabajadores con convenio vigente, frente al 34,4% en el mismo periodo de 2018.
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