La Inspección pone bajo el foco en Euskadi más de 4.700 contratos fijos discontinuos

La reforma laboral tiene como principal objetivo reducir la temporalidad y revoluciona la contratación con medidas como la eliminación del de obra y servicio. Impone el indefinido como regla general y, en este marco, refuerza el fijo discontinuo, que hasta ahora se usaba muy poco, solo para trabajos estacionales como por ejemplo las conserveras, campañas turísticas... Ahora se extiende este contrato en el que se llama a los trabajadores para un tiempo cada año y se permite su utilización en las contratas que formen parte de la actividad de la empresa o la Administración. Por otro lado, se le dota de ventajas como acumular más antigüedad al incluir los periodos de inactividad, si bien para la indemnización por despido solo cuenta el tiempo trabajado.

Pero estas ventajas no han evitado las críticas por el riesgo de que solo se contrate a los trabajadores para muy poco tiempo. «Es un subterfugio para enmascarar la precariedad porque en términos estadísticos cuenta como fijo», llegó a decir en una ponencia el inspector de Trabajo de Bizkaia Mario Duque, profesor de la UPV. El PP ha usado este argumento para atacar la reforma de Yolanda Díaz. «No se acaba con la temporalidad ni con la precariedad. Solo se cambia de nombre. Cuando en septiembre u octubre los fijos discontinuos se vayan a casa serán parados, pero no aparecerán en la estadística», censuró la diputada popular Carmen Navarro.

Ante estas críticas, la ministra ha activado el plan de Inspección cuando apenas se cumple un par de meses de la aplicación total de la reforma laboral, que tuvo un periodo de transición de enero a marzo. Pero quiere exhibir control sobre el boom de fijos discontinuos que se ha registrado. En Euskadi, 4.709 contratos de este tipo en cuatro meses cuando el pasado ejercicio apenas fueron un millar, con lo que se han multiplicado por casi cinco. El total de indefinidos registrados en el periodo son más de 50.000 y se han más que doblado.

En el conjunto de España la explosión de fijos discontinuos ha sido aún mayor. Se firmaron cerca de 418.300 contratos iniciales de este tipo, siete veces más que el año anterior. Representaron casi un tercio del total de indefinidos. La razón puede estar en su uso masivo para las campañas turísticas, con más peso en el conjunto nacional que en Euskadi.

Según la viceconsejera de Trabajo, Pérez Barredo, para este plan de choque se ha utilizado la herramienta de lucha contra el fraude del ministerio, la 'máquina' dotada con la última tecnología de 'big data' e inteligencia artificial que cruza datos hasta sacar el listado de empresas con indicios de mal uso de un determinado contrato. Con los temporales ha sido un gran éxito y la clave de que el año pasado se transformaran a indefinidos 16.500 contratos eventuales, la mitad de los revisados. «Se ha detectado que hay fijos discontinuos que prácticamente trabajan todo el tiempo, salvo el periodo de vacaciones», apunta.

Desde la patronal Cebek, Mikel Anderez, responsable del área jurídico laboral, considera que esta investigación resulta un tanto «precipitada» cuando la reforma laboral acaba de entrar en vigor al 100% y «hay grandes dudas sobre cómo aplicar la nueva normativa, especialmente en el caso de los fijos discontinuos». En la misma línea, Guillermo Gumb, presidente del Colegio de Graduados Sociales de Bizkaia y socio del despacho Estudio Jurídico, recuerda que «el uso de estos contratos y los llamamientos se deben pactar entre los agentes sociales y la negociación colectiva está bloqueada».