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Durante la manifestación se han vivido momentos de tensión. Fernando Gómez

Las centrales del metal amenazan con más huelgas y la patronal insta al diálogo

El último de los cinco paros se desarrolló con menos tensión que la jornada anterior, aunque hubo un detenidoy ardieron varios contenedores en Bilbao

erlantz gude

Bilbao

Viernes, 21 de junio 2019

Al término ayer de la marcha del metal en Bilbao, el responsable de Industria de ELA, Mikel Etxebarria, daba por descontado el futuro reinicio de la huelga en su discurso desde los aledaños del Arriaga ante una entregada muchedumbre, que se extendía por la ... calle Navarra. Más de una hora antes había sido advertido por el ertzaina a cargo del dispositivo policial de que, en su condición de convocante, sería responsabilizado de posibles actos vandálicos.

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La última de las cinco jornadas de paros fue con todo menos agitada que la del día anterior, con graves episodios como la agresión a un ertzaina y el arresto de dos piquetes. Y no es que ayer prevaleciera la calma. Hubo un detenido por lanzar objetos a la Policía y seis contenedores ardieron al paso de la comitiva por Gran Vía. El fuerte despliegue de agentes –efectuaron cargas y disparos al aire con material antidisturbios–, y el llamamiento generalizado a evitar incidentes de los sindicatos –unidos en la reivindicación de un convenio del metal en Bizkaia–, contribuyeron a enfriar los ánimos al menos en parte.

La menor tensión se percibió sobre todo en los polígonos recorridos por piquetes. Las centrales se quejaron del gran despliegue policial «preventivo», mientras que la patronal simplemente la achacó a una menor movilización de estos grupos de trabajadores. Como siempre hubo baile de cifras: los sindicatos cifraron el seguimiento en el entorno del 85% y la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) habló de un 19%.

Las partes deben ahora retomar la negociación. Pero entre los sindicatos abunda el pesimismo. Avisan de que las conversaciones solo avanzarán si FVEM admite sus diez propuestas, que incluyen mayores subidas salariales, garantía de subrogación, acciones para progresar en igualdad de género e inversión en salud y seguridad laboral.

«Negociar, no imponer»

La patronal es tajante. Y a través de su presidente, José Luis López Gil, señalaba ayer a EL CORREO que «negociar es ceder, y nosotros ya lo hemos hecho en varias ocasiones. La imposición no arreglará nada. Y que quede claro: queremos continuar negociando».

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En FVEM escuecen acusaciones repetidas entre los trabajadores como su presunta falta de interés en avanzar en igualdad de género en un ámbito eminentemente masculino. «En el Día de la Industria aproximamos el sector a trescientas mujeres, a las que necesitamos», adujo el director gerente de la patronal, Adolfo Rey, quien también insistió en la «gran inversión» en seguridad para combatir la siniestralidad laboral, frente a declaraciones en sentido contrario de las centrales.

Sindicatos y FVEM deben acordar una nueva cita en julio. La patronal ofrecerá el lunes su valoración de la ronda de cinco huelgas que las centrales han venido protagonizando de forma alterna desde mayo, pero adelanta que pese a ciertas concesiones hay aspectos innegociables porque lastrarían, arguye, la competitividad de un sector que ha rebajado este año sus previsiones en línea con la desaceleración económica.

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Los sindicatos no escatimaron ayer ataques contra su interlocutor. Desde que «negocia de mala fe», aseveró el representante de CC OO, Iker Gonzalo, hasta que directamente «no quiere un convenio», sostuvo Eulate Zilonizaurrekoetxea, delegada de LAB. Fue el ugetista José María Rojo quien fechó en septiembre el posible reinicio de las hostilidades. Las partes tienen por delante el verano para descongelar una negociación aterida desde su arranque hace año y medio.

Varios contenedores han sido volcados al paso de la marcha. E. C.
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