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Un veterano empleado instruye a una joven en su puesto de trabajo. Fotolia
La otra temporalidad, epidemia juvenil

La otra temporalidad, epidemia juvenil

Aunque la tasa de empleo a tiempo parcial ha bajado al 14,3%, aún está 2,5 puntos por encima del nivel precrisis y en los menores de 25 años se dispara al 34%

Sábado, 11 de noviembre 2017

«El empleo que llega es de más calidad que el que se fue». Esta afirmación de la ministra del ramo, Fátima Báñez, queda algo en entredicho a la vista de los últimos datos que viene deparando el mercado laboral. Es como el problema del vaso que, según los ojos que lo miren, se observa medio lleno o, por el contrario, medio vacío. Así, el Gobierno sostiene que de todos los empleos indefinidos antes de la crisis se han recuperado el 82%, mientras que únicamente el 44% de los contratos temporales.

No es menos cierto, sin embargo, que la tasa de temporalidad se había disparado al cierre del tercer trimestre –según la última Encuesta de Población Activa (EPA)- hasta una tasa del 27,4%, la mayor desde que Mariano Rajoy llegó a la presidencia en diciembre de 2011. Báñez, sin embargo, prefiere mirar el dato de otra forma: todavía hay un 74,3% de contratos indefinidos (el resto son los que tienen carácter fijo). De julio a septiembre, sin embargo, los contratos a tiempo parcial creados fueron más del doble (148.900) que los segundos (67.500).

Donde no caben interpretaciones es en el plano retributivo. «Los contratados temporales tienen salarios más bajos que los indefinidos», afirma el INE en su último informe sobre remuneraciones, Así, mientras que el sueldo medio de los segundos se situó en los 2.080 euros brutos al mes en 2016, el de los temporales se reduce hasta los 1.312 euros, un 58,4% inferior. Además, el 50,9% de los trabajadores eventuales percibió una contraprestación inferior a 1.229 euros en 2016, frente al 22,6% de los empleados fijos.

Otros factores que han podido ser determinantes en esa diferencia salarial son el tiempo de trabajo -los sindicatos denuncian que cada vez hay más jornadas a tiempo parcial no deseadas- y la antigüedad. «Trabajar menos de la jornada habitual implica una mayor probabilidad de estar en tramos inferiores de remuneraciones», explica el organismo estadístico. El salario medio de los trabajadores a tiempo completo se situó en 2.107 euros brutos al mes, mientras en jornada parcial baja hasta los 734 euros.

No obstante, el número de personas que trabaja a tiempo parcial se viene reduciendo, aunque de forma lenta y moderada. De enero a septiembre bajó hasta el 14,3%, el nivel más bajo de los últimos cinco años, según un estudio de la consultora Randstad, que es una de los principales operadores de trabajo temporal (ETT). En el otoño de 2012 era del 14,1%, aunque hay que remontarse otros doce meses para encontrar un porcentaje un punto inferior (13%). Pero aún está algo lejos de su promedio en los años previos a la última gran recesión económica, que se movía entre el 10% y el 11% (2006, sin embargo, concluyó en el 11,7%, 2,5 puntos menos que hoy).

Fue precisamente a partir de 2007 cuando empezó un crecimiento progresivo que le llevó a alcanzar su nivel más alto de la serie histórica a la finalización del tercer trimestre de 2013, cuando registró el 15,2% de los ocupados en España. Y esa proporción se mantuvo casi sin cambios (15% en 2014 y, de nuevo, 15,2% en 2015) hasta que empezó a bajar el ejercicio pasado. El descenso por ahora no es mucho (poco más de un punto en dos años), aunque puede empezar a marcar tendencia.

Por debajo de la media europea

De hecho, comparado con la mayoría de los países europeos, España estaría en una posición intermedia, tirando a baja. Y es que los técnicos de Randstad han observado una llamativa correlación, de modo que los Estados con mayores tasas de empleo a tiempo parcial (ya sea voluntario o forzoso, al no encontrar otro tipo de trabajo) «son también los que registran menores índices de paro». De esta forma, todos los que ese tipo de trabajadores superan la media europea, situada en el 18,9% del total de ocupados, logran niveles de desempleo inferiores al 7,5%.

Por ejemplo, Holanda (46,6%) y Suiza (38%) son los países con mayores índices de penetración del trabajo a jornada parcial en el Viejo Continente, y a la vez ambos muestran niveles de paro por debajo del promedio de la UE, en concreto, del 4,8% y el 4,4%, respectivamente. A continuación aparecen Austria y Alemania, con tasas superiores al 25% en ese tipo de contrataciones frente a un desempleo que, como contraste, resulta inferior al 5,5%.

Por tramos de edad, de momento, las diferencias son claramente ostensibles. Y es que si bien es cierto que los ocupados más jóvenes y aquellos situados entre los 25 y 45 años de edad son los que más han reducido su presencia en el empleo a tiempo parcial en el último año, también son los que arrastran niveles más altos tras haber sido igualmente los que más los habían incrementado desde el principio de la última gran crisis económica.

Entre los menores de 25 años esa tasa todavía se dispara hasta el 34%, duplicando con creces a la segunda más alta, la de los trabajadores de mediana edad (de 25 a 45 años) con el 14,4%. Desde 2008 la primera había crecido 15,6 puntos, frente a los 3,7 de la segunda. En este caso, el nivel más bajo se registra entre los profesionales de más edad (mayores de 45 años), donde se queda en el 11,8%.

El 'subempleo' puede volverse estructural

El Banco de España advierte en uno de sus últimos informes de que el denominado 'subempleo' –esto es, el trabajo a tiempo parcial involuntario- puede convertirse en algo estructural. Y es que según datos extraídos de la propia EPA, el 60% de los trabajadores a tiempo parcial querrían realizar más horas, una cifra que duplica a la registrada antes de la crisis y también es más del doble que la media europea.

De hecho, España se sitúa en los puestos de cabeza de la UE en cuanto a nivel de subempleo, aunque su tasa baje en promedio (14,3%) al contar también con una elevada población activa. Una realidad en la que se encuentran alrededor de 1,5 millones de españoles, según los últimos datos de Eurostat. En concreto, España es el cuarto país del club europeo con más trabajadores a tiempo parcial forzoso por detrás de Grecia, Chipre e Italia.

Resalta el supervisor que en la crisis muchas empresas eligieron ese camino para la nueva contratación ante la falta de recursos. Otras compañías soportaron una menor demanda de trabajo y provocó que algunos trabajadores pasaran de una jornada completa a otra parcial, a pesar de querer hacer más horas. Asimismo, personas que antes del deterioro de la economía ya tenían un contrato a tiempo parcial de forma voluntaria con la llegada de la crisis necesitaron aumentar su número de horas.

Sin embargo, el Banco de España también señala al Gobierno como responsable en parte de esta situación. Considera que la reforma laboral de 2012 influyó en esta evolución del empleo. Así, el informe recuerda que la normativa introdujo la posibilidad de realizar horas extraordinarias en los contratos a tiempo parcial y que mediante un decreto posterior dotó de más flexibilidad a las empresas para usar este tipo de contratos «fomentando así la demanda» de esta modalidad de empleos.

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