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«El teletrabajo ha llegado para quedarse». Era uno de los augurios que muchos expertos repetían durante la pandemia, cuando de golpe varios millones de personas se vieron obligadas a trabajar desde casa, lo que mantuvo al país en marcha y a buena parte del ... tejido económico en pie. Y no lo vaticinaban solo los especialistas, también lo pensaba así el conjunto de la población: casi un 30% creía el año pasado que el teletrabajo aumentaría, según una encuesta reciente del CIS.
Sin embargo, estas predicciones no se han cumplido y, lejos de incrementarse, el trabajo en remoto ha descendido en los tres primeros meses en el conjunto de España, como recoge la última Encuesta de Población Activa (EPA): había casi 105.000 personas menos teletrabajando que a finales del año pasado. En el caso de Euskadi son 58.800 personas quienes lo hacen habitualmente, casi 2.000 más que al concluir 2021. Se trata de un incremento que los analistas explican por tratarse el País Vasco de una de las autonomías en las que más incidencia tuvo la sexta ola del covid tras la Navidad, lo que obligó a refugiarse en el teletrabajo a miles de personas para mantener vivas las empresas. Aunque en Euskadi la opción de trabajo habitual en remoto se trata todavía de algo residual: un 6,2% de la población frente al 7,5% de media nacional y muy lejos de comunidades punteras como Madrid, con más del doble. La segunda explicación al poco peso del teletrabajo en el País Vasco radica en su propia estructura productiva, con una industria que supone el 25%. En cualquier caso, cada vez es más frecuente que en las ofertas y en las demandas de trabajo cualificado aparezca la posibilidad del teletrabajo.
58.800son los trabajadores vascos hacen su labor ahora en remoto ocasional o habitualmente.
En España, los teletrabajadores (la suma de quienes lo hacen de forma ocasional y quienes operan desde casa a diario) eran un total de 2,63 millones al término de marzo, apenas el 13,1% de los ocupados, después de que esta tasa haya vuelto a caer cinco décimas. Mientras en Euskadi es del 11,6% entre ambas modalidades. Esto es, 1,5 puntos menos que la media nacional. Brecha inferior a la de la anterior medición, de diciembre de 2021, de dos puntos.
Los niveles, en cualquier caso, están muy lejos de los registrados en el peor momento de la pandemia, cuando rozaron el 20% y, en pleno confinamiento, el teletrabajo se convirtió en la salvación de muchas compañías que de esta forma no tuvieran que recurrir a expedientes de extinción de empleo, aunque sí echaron mano de los ERTE, la fórmula 'estrella' en los peores meses del coronavirus.
desequilibrio
Existen fuertes diferencias entre colectivos. Así, los autónomos teletrabajan más, hasta el punto de triplicar los porcentajes de los asalariados. Y es que mientras que el teletrabajo en personas por cuenta ajena ha bajado del 17% a casi el 10% tras la pandemia, se ha mantenido estable entre los autónomos, e incluso ha mejorado ligeramente hasta suponer un 30,6%. A pesar de ello, los emprendedores que utilizan esta fórmula con periodicidad habitual han bajado respecto a 2020 de un 20,9% al 16,5%.
El hecho de trabajar a distancia más o menos días a la semana también está condicionado por la edad y por la comunidad autónoma. La horquilla de población entre 25 y 44 años es la que más teletrabajo habitual realiza, mientras que el ocasional se concentra en los grupos a partir de 35 años, sobre todo en el de 45 a 54.
Las mujeres de 16 a 24 años teletrabajan habitualmente en menor proporción que el resto. Solo son habituales el 3,4% de las ocupadas de este grupo frente a un 5,5% de hombres de esta edad. En cuanto a la frecuencia ocasional, hay mayor proporción de mujeres entre 16 y 44 años, mientras que a partir de los 45 es más común encontrar hombres trabajando en remoto menos días por semana.
Por autonomías, Madrid continúa con el mayor porcentaje de personas que teletrabajan de forma habitual, un 13,5%, nivel muy superior y que duplica al de la mayor parte de comunidades, como Euskadi (6,2%). Le siguen Asturias (9%), que con 1,2 puntos de subida se convierte en la región en que más crece en el último trimestre; y Cataluña (8,8%). Por comunidades en clave de género, solo hay diez donde la mayoría de personas que teletrabajan de forma habitual son mujeres; y en este caso lideran el listado Cantabria y La Rioja. En Euskadi, en cambio, hay más hombres en remoto.
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