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Maros Sefcovic (Bratislava, 1966) ejerce actualmente de vicepresidente de la Comisión Europea para las Relaciones Interinstitucionales y Prospectiva. Así dicho, el cargo puede sonar vago, ... pero entre otras funciones es el encargado de gestionar la etapa postBrexit y la nueva crisis surgida con Reino Unido. Además, fue el responsable de Energía con Juncker y el impulsor de la Alianza Europea de las Baterías. Todo ello le convierte en un portavoz de primer orden de la visión bruselense en asuntos clave de la actualidad como la escalada de la luz o los proyectos que compiten por los fondos europeos. De ahí que su visita a Bilbao el pasado lunes levantara una gran expectación. Su opinión es importante y, en esta entrevista, da un espaldarazo al proyecto Basquevolt para levantar una fábrica de baterías en Álava, que el Gobierno vasco ha colocado esta semana como prioritario para optar a los fondos europeos Next Generation.
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- Ha venido a Euskadi a debatir sobre ciencia e innovación. ¿Qué fortalezas y debilidades observa en la comunidad?
- Me ha impresionado mucho el potencial científico e innovador de Euskadi, que se sitúa entre las regiones europeas más potentes en este área. Uno de los indicadores que lo demuestran es que el País Vasco dedica el 2% de su PIB a I+D+i, mientras que en el resto de España se invierte el 1,25%. El lehendakari ha asegurado que quiere llegar al 4% en 2050 y que la industria genere el 40% del PIB.
- El País Vasco opta a los fondos europeos con proyectos como el hidrógeno verde o la fábrica alavesa Basquevolt. Usted, que es el 'padre' de la Alianza Europea de las Baterías, ¿lo conoce?
- Para completar la transición energética necesitamos gestionar las renovables y acumular esa energía con baterías y con el hidrógeno verde. Por eso creo que los proyectos del País Vasco son visionarios. Basquevolt ya tiene la vista puesta en la siguiente generación de baterías, de litio sólido, una tecnología extremadamente valiosa para Europa porque impulsa el almacenamiento de energía y la movilidad eléctrica al siguiente nivel.
- Hay mucho impulso al coche eléctrico, pero las ventas aún son limitadas. La industria de la automoción se queja de que Europa va demasiado rápido al vetar los coches de diésel y gasolina en 2035.
- Cerca de 400.000 personas mueren cada año por la polución del aire. Esto es inaceptable y por eso hay que pasar al vehículo eléctrico. Si en Europa queremos seguir fabricando los mejores coches, tendremos que ser los más sostenibles. Por eso hemos desarrollado una normativa para que cada batería tenga un pasaporte digital con información sobre si la minería con la que se han obtenido las materias primas es adecuada, la huella de carbono y la tasa de reciclaje.
- China nos lleva años de ventaja en las baterías de litio para el coche eléctrico. ¿Puede Europa superar el retraso?
- Empezamos con la Alianza Europea de las Baterías en 2017 y en los últimos dos años estamos invirtiendo en Europa 3,5 veces más que China en este ámbito. Nos hemos convertido en un polo de atracción para las inversiones, con lo que hay dinero. El problema está en contar con el talento necesario y en las materias primas. En relación al primer punto, hemos desarrollado la 'Academia de las baterías', una iniciativa para formar a 800.000 trabajadores, de los que 150.000 corresponden a España, primer país en sumarse.
- ¿Y qué van a hacer con las materias primas? Esta crisis ha puesto en evidencia la gran dependencia que tiene Europa de China y otros países asiáticos en elementos como los semiconductores.
- Para afrontar ese reto impulsamos la Alianza Europa para las Materias Primas. Hemos identificado 30 materias que son estratégicas como el litio, el cobalto, el grafito o las 'tierras raras'. Lo que estamos haciendo es analizar cuánto podemos recuperar con reciclaje, cuánto podemos sustituir con alternativas mediante la investigación y cuánto podemos obtener en la UE. Por ejemplo, en España y Portugal tenéis mucho litio. También estudiamos la posibilidad de cooperar con otros países que comparten nuestros criterios de sostenibilidad como Canadá y Australia.
- La electricidad sigue disparada y la preocupación es máxima. ¿Trató este asunto con la ministra Ribera y los responsables del Gobierno vasco en la jornada en Bilbao?
- Sí, lo comentamos. Desde la Comisión Europea le estamos prestando toda la atención que se merece. Ya la semana pasada enviamos un documento con medidas recomendadas, que se centran en ayudas a las personas más vulnerables y en recortes de impuestos y tasas.
- La ministra Ribera se mostró decepcionada con la solución propuesta por Bruselas. Pedía compras conjuntas de gas y también una intervención en el mercado de los derechos de emisión de CO2, que es otro de los motivos del alza de la luz y depende de Europa. ¿No se puede hacer más?
- Hemos pedido que se investigue el funcionamiento del mercado de derechos de emisión de CO2. En cuanto a la compra conjunta de gas, se ha estudiado en profundidad, pero es un asunto extremadamente complejo. El gas llega a Europa de formas muy diferentes: mediante gasoductos desde el Norte de África y de Rusia, en metaneros procedentes de África y América del Norte... Lo estamos volviendo a estudiar y también hemos pedido una revisión del diseño del mercado eléctrico europeo. Trataremos de tomar decisiones cuanto antes porque somos muy conscientes de la amenaza global que supone el alto precio de la energía.
- La industria está sufriendo mucho. En Euskadi, como en muchos otros lugares, han parado plantas siderúrgicas. Algunos sectores advierten de que se está pagando un alto precio por la acelerada descarbonización impuesta por la UE.
- Creo que deberíamos ser muy cuidadosos con esto. Lo que está elevando el precio de la energía es el gas. Esta crisis ha puesto en evidencia que tenemos problemas en su abastecimiento. Pero la situación sería mucho peor si no se hubiese avanzado tanto en la implantación de renovables y nuestra dependencia del gas y otros combustibles fósiles fuese mayor. Ese es el camino en el que hay que avanzar.
- Pero las renovables son intermitentes y necesitan un respaldo. Con esta crisis Alemania ha vuelto a quemar carbón y Francia reivindica la energía nuclear como verde.
- Cada país hace la transición según su 'mix', pero el objetivo es ser neutrales en carbono en 2050. El futuro está en las renovables, el hidrógeno y las baterías.
- ¿Cree que esta crisis energética es transitoria?
- Estoy seguro de que en primavera y verano la situación será mucho mejor, pero no podemos esperar hasta entonces para actuar. Creo que debemos trabajar en soluciones rápidas y volcarnos con la gente que está en situaciones complicadas. Proponemos a los países que utilicen los ingresos extra de las subastas de derechos de emisión de CO2. Son 10.800 millones para el conjunto de la UE, de los que 1.000 corresponden a España.
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