Kepa Loizaga (Delegado de la OCU en Euskadi): «Podremos ahorrar de forma razonable unos cien euros al año cambiando de horarios»

– ¿Qué ahorro se puede lograr desplazando el consumo a las horas más baratas?

– En la OCU hemos realizado un estudio que revela que si se trasladara todo el consumo al horario valle el ahorro podría alcanzar hasta 574 euros. Lo que ocurre es que en la actualidad en un hogar tipo el 29% del consumo se realiza en horario punta, el 26% en horario llano y un 45% en horario valle.

– Por lo tanto, el margen que tenemos no es tan grande. ¿Cuál sería entonces el ahorro más razonable que nos permite el nuevo sistema?

– Si se consigue evitar el horario punta (de 10 a 14.00 horas y de 18.00 a 22.00 horas), cuando se pone la lavadora, el lavavajillas y la secadora sin necesidad de usar los horarios nocturnos, solo aprovechando el horario llano los días laborales es posible ahorrar en torno a unos 30 euros al año por cada uno de estos aparatos, en total 90 euros. Si se programan por la noche o l os fines de semana (que es horario valle) el ahorro podría alcanzar los 130 euros entre los tres electrodomésticos.

– El consumidor también puede optar por dos potencias diferenciadas. ¿Qué es lo más recomendable?

– Se puede contratar una potencia más alta para las horas valle, que es a donde hay que tratar de trasladar la mayor parte del consumo posible, y otra más baja para las horas punta. Cada kilovatio en las horas punta y llana cuesta al año 30,67 euros y en las horas valle 1,42 euros.

– ¿Qué potencia podría contratar una familia estandar?

–Las referencias serían de 3,3 kilovatios para las horas punta y 4,4kilovatios para las horas valle. Hay que tener en cuenta que hay electrodomésticos que te permiten programar, pero depende de la actividad de la familia. Pero por ejemplo se puede aprovechar al máximo la programación de los termos eléctricos en horas valle, lo que nos permite ahorrar 234 euros al año.

– Nos vamos a convertir en expertos en programar electrodomésticos.

–Es un poco de sentido común. En las horas en las que es caro hay que intentar consumir lo menos posible y trasladar lo que podamos a las horas que son más baratas.

– ¿Qué tiene que hacer el consumidor para acceder a las nuevas tarifas?

–Hay unos 10 millones de personas que tienen PVPC, tarifas reguladas, y otros 16 millones con tarifa de mercado libre, que te renuevan cada año y tienes un precio fijo. Aunque a la larga sale más barata la de PVPC, que la libre. A los de PVPC les pasarán automáticamente a la aplicación tarifaria, pero a los que estamos en el mercado libre son las comercializadoras las que nos tienen que proponer. Y ahí va a haber de todo. Habrá ofertas, pero hay que ver si son transparentes. Nosotros animamos a que la gente compare. Las comercializadoras tienen la obligación de darnos los picos de consumo del año para que nosotros tengamos esa fotografía de cuál es nuestro hábito de consumo eléctrico para que podamos prever y contratar, porque como hemos señalado antes tenemos el margen de elegir dos potencias. Eso es muy importante.

– ¿El consumidor tiene que esperar a que le venga la comercializadora a ofrecerle una propuesta?¿Qué margen de tiempo tienen?

– Hay compañías que ya han empezado a hacerlo. Tienen que comunicarnos qué tarifa nos van a aplicar desde ayer en cada uno de los tres tramos. Sí deberían darnos la información de cómo nos van a trasladar a nuestra factura esas tarifas, porque debemos comparar con la del resto del mercado e incluso con la tarifa regulada de PVPC.

– ¿Nos debería llegar esa propuesta este mes de junio?

–Efectivamente. Porque cada familia es un mundo y tiene sus hábitos propios. Es muy importante conocer los hábitos de consumo que tenemos. Desde el Gobierno se busca que se racionalicen para que no se dispare. Pretenden educarnos para ahorrar, buscar las franjas horarias más baratas, reconducir hábitos de consumo...

– Denuncian que los que ya tenían discriminación horaria son los grandes perjudicados. ¿A qué se debe?

–Les va a salir más caro, una subida de unos 3 euros al mes, al perder las ventajas que tenían antes con la discriminación horaria. Mientras que los que teníamos 4,6kw de potencia, veremos disminuída nuestra factura en 21 euros al año al reducir la potencia. Con todo, no es tanto el dinero como tal, como generar hábitos a largo plazo.