Los súper vascos reducen beneficios y lamentan el «injusto» ataque desde la política

La realidad de las marcas vascas, explican fuentes de Eroski y de Supermercados BM, es bien distinta. Ninguna de las entidades ha querido hacer valoraciones sobre las declaraciones de la también secretaria general de Podemos, pero aseguran que el pasado año se saldó con reducciones en los márgenes. En los últimos datos de la cooperativa de alimentación del Grupo de Mondragón, ya se evidencia que las cifras apunta en otro sentido. Y es que Eroski, en el primer semestre de 2022 acusó una caída de la rentabilidad del 11%. Así, mientras las ventas crecieron un 4% hasta alcanzar los 2.633 millones, el beneficio operativo -los ingresos menos los gastos- se redujo a 94,3 millones. Una dinámica, explican fuentes de la compañía, que no ha cambiado en los últimos meses del año y que se dejará notar en las cuentas definitivas de 2022.

Desde la cooperativa de Elorrio explican a El Correo que, frente a un crecimiento en Euskadi de los precios de la cesta de la compra, que según el INE alcanzó en diciembre un 15,6%, el incremento del ticket de venta en Eroski se ajustó por debajo, solamente un 10%, que, si se anotan los 183 millones destinados a promociones y ofertas, se reduce hasta el entorno del 3%. La propia CEO de la compañía, Rosa Carabel, explicaba hace dos semanas que los márgenes finales que obtiene la cooperativa rondan el 2%. Por ello que la primera ejecutiva de la marca lamentó «la imagen realmente injusta que se quiere trasladar sobre los distribuidores de alimentación a través de declaraciones públicas».

Desde el grupo Uvesco, los supermercados BM, confirman a este medio que el esfuerzo que se ha realizado en 2022 en promociones, ofertas y tarjetas de cliente se ha incrementado un 20% respecto al pasado 2021. Tradicionalmente la marca de la familia Fernández de Barrena, en manos ahora del fondo francés PAI Partners, ha apostado por esta fórmula de rebajas de precios sobre la etiqueta de lineal para fidelizar a sus clientes.

Además, inciden en que, mientras los pagos hacia los productores se han incrementado en un 38,7% y los precios de sus proveedores han subido un 20,5%, el IPC de la alimentación cerró el año pasado muy por debajo, con ese 15,6% en Euskadi.