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El sector vasco de construcción naval logró superar la difícil prueba de 2020 con nota, al captar seis nuevas contrataciones y terminar el ejercicio con trece buques en cartera y carga de trabajo asegurada hasta bien entrado 2023. Se trata de un resultado más que ... meritorio en un contexto sectorial español de fuerte ralentización contractual, y que además comenzó 2021 con síntomas de debilidad y demora en el relanzamiento de la actividad. Pero a partir de primavera, coincidiendo con el avance de la vacunación en Europa y la recuperación de la actividad industrial en todo el continante, el sector naval español empezó a calentar motores y enfilar hacia la velocidad de crucero. Este cambio de tendencia se observa de forma muy clara si se tiene en cuenta que en el primer trimestre los astilleros españoles solo lograron captar cuatro contratos y en el segundo trimestre la cifra se disparó con la llegada de nueve pedidos nuevos, hasta sumar las 13 rúbricas como balance del primer semestre La cartera total de trabajo se coloca en 43 buques.
En el caso de los astilleros vascos en este primer semestre han conseguido dos nuevos pedidos, que han correspondido al grupo Zamakona. De esta forma, la cartera de pedidos total actualizada de la industria vasca es de una docena después de que ayer mismo Astilleros Murueta hiciera la entrega de un vanguardista atunero al grupo Jadran.
Sin embargo, lo que nadie esperaba en el mundo naval es que el ansiado relanzamiento de la actividad trajera consigo un efecto boomerang, que ha desencadenado serias incertidumbres en numerosos sectores industriales, extensible tambien al de construcción naval español.
En los últimos doce meses se han duplicado los precios de los hidrocarburos, del acero y otros metales, que junto con la factura eléctrica y del gas están complicando la actividad. Fuentes del sector naval consultadas por EL CORREO advierten de que «se está produciendo una ralentización de los nuevos pedidos ante la incertidumbre que genera el espectacular alza de los precios del acero». Así expresan su preocupación ante la percepción de que «algunos armadores están empezando a retrasar sus decisiones de compra hasta que haya más visibilidad y se pueda despejar un poco la situación».
En Euskadi hay en estos momentos tres astilleros cabecera, de mediano tamaño, que han logrado consolidarse en el mercado internacional al especializarse en buques de mediana dimensión y de alta tecnología. Se trata de Astilleros Murueta, que centra su operativa en sus instalaciones de Erandio (Bizkaia); Balenciaga, ubicado en Zumaia (Gipuzkoa) y el grupo Zamakona, cuya principal grada de construcción se encuentra en Santurtzi (Bizkaia) y aunque tiene otra en la localidad portuaria guipuzcoana de Pasaia, esta última prácticamente carece de actividad. En sus carteras de pedidos hay un total 12 buques, lo que asegura carga de trabajo para al menos tres años.
Para la historia quedó el centenario y gran astillero La Naval de Sestao, ya liquidado y cuyos terrenos fueron adjudicados en subasta al grupo logístico belga VGP.
Alrededor de los astilleros vascos hay toda una industria auxiliar que mueve un negocio de unos 3.000 millones anuales y que da trabajo directo a casi 13.300 personas, según los últimos datos facilitados por el Foro Marítimo Vasco y Adimde.
En estos momentos Astilleros Murueta, según explicó Josu Apraiz, ayer a EL CORREO, durante la ceremonia de entrega del atunero 'Juan Pablo II' al grupo Jadran, tienen tres buques en su cartera de pedidos, «dos arrastreros y un buque oil tanque». Destacó de este último barco -aún denominado C-325- combina la propulsión eléctrica diesel e híbrida, lo que permitirá reducir a cero las emisiones en puerto, mientras que durante la navegación los gases de efecto invernadero se reducen en más de un 30%.
El presidente de la Autoriad Portuaria de Bilbao, Rikaldo Barkala, que ayer asistió a la ceremonia de entrega del atunero 'Juan Pablo II', definió el buque como «espectacular» y recalcó que ahí «se demuestra cómo la industria naval vasca de esta dimensión es puntera y está a la vanguardia a nivel internacional».
43 buques componen la cartera de pedidos del sector de construcción naval en españa, después de que en el primer semestre hayan logrado sumar 13 nuevas contrataciones.
Costes desbocados En los últimos doce meses se han duplicado los precios de los hidrocarburos, los energéticos y en especial el del acero y otros metales, que evidentemente tiene gran impacto en la construcción naval y su industria auxiliar.
12 barcos son los que están construyendo en estos momentos los astilleros vascos: cinco corresponden a Astilleros Balenciaga, cuatro a Zamakona y tres a Astilleros Murueta.
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