Ana Villate (Getxo, 1972), dirige desde hace un año Hegan, el clúster aeroespacial vasco. Más de 60 entidades -entre empresas, centros tecnológicos y universidades- dan forma a una asociación que atraviesa un ciclo de bonanza: gracias al proceso de producción de programas aeronáuticos ya madurados, ... las empresas de Hegan lograron aumentar su facturación un 8% el pasado año. Pero para poder sobrevivir en un sector sujeto a múltiples vaivenes -tanto económicos como políticos-, los socios de Hegan necesitan «ganar en competitividad» si quieren seguir peleando con éxito frente a rivales de todo el mundo. Pero, además, Villate apuesta por «reforzar la cadena de valor local». Esto es, conseguir que parte de la actividad que se subcontrata fuera de Euskadi -tanto a nivel de producción como de I+D- vuelva a casa.
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-El pasado 2017 fue un año importante, con unas cifras de facturación notables. (+8%). ¿A qué se debió?
-Cada empresa tiene su idiosincrasia y su momento. Pero en general el crecimiento es superior a la media global de todo el mundo, que suele ser del 4%-5%, y tanto en 2016 como en 2017 nos estamos enfrentando a todas las respuestas de 'ramp up' (crecimiento) de producción. Es una fase de menos diseño e ingeniería y de más producción que se demanda a los socios, que sobre todo son manufactureros, para dar respuesta tanto a la demanda de motores como de aviones completos en este momento. Los programas son maduros y ahora mismo estamos en la producción de esos programas. Siempre se está trabajando en I+D y mejorando, pero la facturación viene dada por esa respuesta de producción masiva que se da en todo el mundo. Dentro de unos años probablemente esas cifras ya no serán tan altas.
-Sin embargo, para 2018 sólo prevén un 4% de aumento. ¿Por qué?
-Las previsiones siempre son muy moderadas. El año pasado también dijimos más o menos esa cifra. Es porque nos queremos acercar a la previsión de crecimiento del sector global. En algún momento bajará la fase de producción, así que es una cifra prudente. Ahora bien, este 2018 se presenta también como de fabricación. Pero también hay vaivenes. El sector de la aeronáutica no se mueve de igual manera que la economía mundial. Las crisis económicas no nos afectan tanto. Y al revés, hay crisis en nuestro sector que no se ven reflejadas en el resto de sectores. Entonces siempre puede haber cualquier incertidumbre geopolítica (Irán, Estados Unidos, aranceles, etc.) en las que como clúster no sabemos qué puede pasar. Y eso puede dar lugar a una facturación menor de la esperada.
-No obstante, y al menos para el primer semestre, las perspectivas del clúster son de que la facturación mejorará, en línea con la evolución del último semestre de 2017.
-Quiere decir que, aunque no crezca ese 8%, la facturación va a seguir en positivo.
-Hablan de turbulencias en el escenario sociopolítico. ¿Cuáles son ahora mismo las más importantes?
-Es lo que comentaba. Siempre nos puede afectar, pero no sabemos responder a eso: aranceles, posibles conflictos, tensiones políticas con países de otros continentes… Ojalá tuviéramos la bola de cristal para saber cuánto nos afecta exactamente en facturación.
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-Uno de esos factores de riesgo más claro es la guerra comercial de Trump, que además es un tipo imprevisible...
-Nos puede afectar a todos los sectores, pero son movimientos contra los que hay que luchar no desde Euskadi ni España, sino desde Europa, para que no haya una pérdida de exportaciones y competitividad. En Hegan no podemos influir. Sólo calmar, dar mensajes de tranquilidad. Somos optimistas, porque queremos serlo, y porque creemos que al final las cosas se van a arreglar y no va a haber ningún problema. Estamos tranquilos.
-¿Cree que del 'Brexit' se puede salir más o menos indemnes si se llegan a acuerdos comerciales positivos que mitiguen su impacto?
-Es más previsible, porque la política del Reino Unido no depende tanto de una persona que está dando tumbos. Pero pasa lo mismo: queremos que Europa y Gran Bretaña tengan una relación comercial sana y que el hecho de que se vayan de Europa no signifique nada en cuanto a acuerdos comerciales.
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-Respecto de los sectores en los que trabajan las empresas de la asociación (aeronáutico y espacial), ¿cómo se están comportando cada uno?
-Ambos tienen nexos comunes en cuanto a tecnologías, pero se mueven en diferentes campos en temas comerciales. La aeronáutica es un sector que en Euskadi sobre todo básicamente privado. Y el de espacio está muchas veces relacionado con los programas de la ESA (Agencia Espacial Europea). Pero el desarrollo es positivo en ambos sectores. En espacial supone aproximadamente el 2,5% de la facturación de las empresas del clúster. Son cifras menores, pero el sector está teniendo un crecimiento considerable con varias empresas que trabajan en el espacio.
-Prevén que el empleo no se moverá mucho en las empresas del clúster. ¿Por qué?
-En 2017 hubo crecimiento. Pero la tendencia es que el empleo no siga el mismo ritmo que es aumento de la facturación, por un tema de competitividad, Industria 4.0, automatización, etc. Como el año pasado aumentó un 6%, la previsión de 2018 está en el 2%.
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-¿Les cuesta también encontrar personal cualificado, como al conjunto de la industria vasca?
-Nuestros socios nos transmiten dos mensajes. Uno, que empieza a haber ciertas dificultades para encontrar técnicos, no ingenieros ni licenciados, sino en la parte más manual del trabajo. No porque no están cualificadas, sino porque no hay suficientes personas que cursan ese tipo de carreras técnicas profesionales. En los próximos dos o tres años va a haber bastantes jubilaciones de técnicos cualificados, y parece que no hay suficientes jóvenes que puedan suplir estos puestos por la carencia demográfica y de vocaciones técnicas. No está siendo un problema ahora, pero puede llegar a serlo. Y el empleo es de calidad. Pasa también en la ingeniería, pero la oferta cubre más o menos la demanda. Tenemos que poner el radar en el tema de las mujeres, pero en general, en la de técnicos cualificados.
-¿Y qué pueden hacer al respecto?
-Tenemos abierto un comité de recursos humanos con las grandes empresas del sector para intentar hacer acciones conjuntas: temas de comunicación, charlas, trabajar con la universidad y con los centros de FP… pero el problema está en las vocaciones tempranas. Y ahí sí que tendríamos que tener entre todos (Gobierno, empresas, universidad) la capacidad de lanzar proyectos desde enseñanza secundaria para captar esas vocaciones técnicas. Luego está el problema demográfico, pero ahí Hegan poco puede hacer. Es un problema de país.
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-La UE y Estados Unidos son los dos grandes actores del sector. ¿Hay otros países que puedan amenazar esa posición de liderazgo?
-Conocemos bien los mercados europeos y norteamericano, pero no podemos olvidar continentes como Asia. Sabemos que son países que crecen mucho en cuanto a demanda. Pero más que como una amenaza, lo vemos como una oportunidad, porque comprarán más aviones. Tenemos que ser competitivos para poder vender esos aviones.
-La inversión en I+D parece cada vez más necesaria.
-El crecimiento en 2017 fue tremendo en cuanto a porcentaje. Tiene que seguir así. Siempre lanzamos un mensaje de que las empresas del clúster hacen un esfuerzo tremendo en I+D+i. Al final es un sector muy potente: tenemos un porcentaje de 8% respecto a la facturación, y tenemos que seguir así. Depende también de la fase en la que estés: si estás en la ingeniería y diseño, lo normal es que la inversión en investigación sea mayor. Ahora estamos en fase de fabricación, y a pesar de ello el I+D sigue siendo alto.
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-¿Cómo valora la puesta en funcionamiento del Centro de Fabricación Avanzada de Zamudio?
-Se inauguró oficialmente en noviembre del año pasado pero realmente el centro estaba funcionando ya con proyectos desde unos meses antes. Es un éxito de colaboración entre Hegan y la AFM (la asociación de fabricantes de máquina-herramienta), porque ambos trabajamos junto con el Gobierno vasco para apoyar el centro. También es un éxito por la implicación del Ejecutivo vasco y la Diputación foral de Bizkaia por el apoyo financiero y de difusión. Y también porque hay más de 40 empresas que están colaborando. Es un ejemplo único en Euskadi de colaboración público-privada y de empresas con universidad. Salen muchos proyectos al año. Hay máquinas y personal cualificado para ello. Y nos gustaría que esta iniciativa se pudiera replicar en otros sectores.
-¿Cuáles son los retos del clúster?
-Solemos reflexionar sobre los retos del sector en los que Hegan puede ayudar, porque luego cada empresa tiene su plan estratégico. El primero de ellos, y el más importante es el refuerzo de la cadena de valor. Quiere decir que nuestros socios tienen que ser más competitivos en el mercado global. Pero también tenemos que reforzar la cadena de valor local: conseguir que parte de la actividad que se subcontrata fuera de Euskadi se desarrolle aquí. Que el máximo número de contratos, de producción, facturación e I+D no salga de Euskadi, lo que nos permitiría crecer en número de empresas y como clúster. También el refuerzo significa que nuestras empresas sean más competitivas para poder posicionarse frente a empresas de otros países. En segundo lugar el reto del conocimiento: atracción de personas, talento, formación, inteligencia competitiva, etc.. Y los otros dos retos, que son más de la asociación, son los de la comunicación y la representación: estar siempre presente, ser conocidos en Europa y en otros países.
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