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J. l. ortega
Jueves, 30 de enero 2020, 23:58
Como suele ser habitual en estos casos, a pesar de la relativa normalidad con la que transcurrió la jornada de ayer, los convocantes de la huelga general –los colectivos y sindicatos agrupados en la denominada Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, liderados por ELA y LAB– se mostraron «satisfechos» por el nivel de paro tan grande» y el «enorme eco» obtenido por la huelga en el País Vasco y Navarra.
En una valoración sobre el seguimiento obtenido en el día de protesta realizada por la tarde, representantes de las organizaciones que habían llamado a la huelga para exigir «trabajo, pensiones y vida dignas», destacaron que el paro había sido «generalizado» en amplios sectores de Gipuzkoa, principalmente en empresas industriales y en pymes; «importante» en Bizkaia y Álava; y «satisfactorio» en Navarra, donde afirmaron que en el norte de la comunidad fue «prácticamente total» y «significativo» en Pamplona y su comarca.
En cuanto al sector público, las portavoces de los colectivos convocantes señalaron que el seguimiento del paro había sido «muy importante», y ello a pesar de dos condicionantes sobre los que llamaron la atención: la alta temporalidad de las plantillas, que alcanza hasta el 35% del personal que no es fijo, y los «muy elevados» servicios mínimos decretados por el Gobierno vasco. Factores ambos que, a su juicio, restaron incidencia a la huelga.
Otro aspecto que destacaron las representantes de la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria fue el de las «movilizaciones masivas» que tuvieron lugar en las principales ciudades de Euskadi y Navarra. Según sus estimaciones, en las manifestaciones que discurrieron por la mañana participaron entre 140.000 y 145.000 personas: en Bilbao 50.000, en San Sebastián 35.000, en Vitoria 25.000, en Pamplona 20.000 y entre 10.000 y 15.000 más en el resto de localidades donde hubo marchas de protesta. A la cifra total de las manifestaciones de la mañana hubo de sumársele después la de las marchas de la tarde, que cifraron en otras 30.000 personas más (10.000 de ellas en Bilbao, aunque la Policía Municipal las rebajó a 6.000), con lo que según cálculos de los organizadores unas 175.000 personas se manifestaron a lo largo de la jornada de ayer por las calles de las diferentes localidades vascas y navarras.
Pero más allá de las siempre controvertidas cifras en acontecimientos de este tipo, las organizaciones convocantes quisieron dejar una valoración política de la jornada. «Ha quedado claro que existe una mayoría social dispuesta a movilizarse y tomar las calles, hoy hemos sentado unas bases firmes para avanzar hacia la soberanía popular», afirmaron. Asimismo, destacaron «la confluencia de distintas luchas» en una convocatoria «totalmente transversal» en la que se recogían las reivindicaciones de pensionistas, jóvenes, movimientos feminista y estudiantiles, agentes contra la exclusión social y «personas que pelean en frentes diversos».
Finalmente, y en la misma línea que por la mañana habían hecho los líderes de ELA y LAB, Mikel Lakuntza y Garbiñe Aranburu, respectivamente, lanzaron un mensaje al lehendakari Urkullu y al presidente de la patronal vasca Confebask, a los que advirtieron de la «necesidad» de las huelgas y las movilizaciones «para cambiar las cosas».
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