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La posibilidad de abandonar la actividad ligada a la generación eólica terrestre -el 'onshore'-, el fuerte de la antigua Gamesa, ha estado sobre la mesa de su propietaria Siemens Energy. Lo ha admitido esta semana el primer ejecutivo de la multinacional germana y presidente de ... Siemens Gamesa, Christian Bruch, en un encuentro con medios de comunicación al que acudió EL CORREO. Casi 8.000 millones de pérdidas acumuladas en la división de generación terrestre y los problemas técnicos que mantienen parada la producción de sus dos principales plataformas motivaron el debate. Afortunadamente para la actividad industrial de Siemens Gamesa en España, y en especial en el País Vasco, la opción fue desechada. «Estudiamos todas las posibilidades, incluida la opción de abandonar el negocio 'onshore', pero nos dimos cuenta de que era la peor alternativa», admitió Bruch en ese encuentro. Salvado el 'match ball'... por el momento. Queda por conocer el calado del ajuste laboral que ya ha anunciado la compañía y cuyos detalles se conocerán en «unas semanas».
Todo apunta a que la presencia de Siemens Gamesa en España -en el País Vasco está su sede social y un total de 1.000 de los 29.000 empleados que tiene la empresa en el mundo- se va a mantener con un alto nivel de actividad. «Si nuestro foco de negocio va a estar en Europa es lógico que las fábricas estén en Europa», ha recalcado el máximo responsable. La producción de aerogeneradores terrestres en China, Brasil e India -en este último país aún con dudas-, va camino del cierre.
A Bruch el corazón le sube de revoluciones cuando se le nombra la competencia china en el sector, que amenaza con entrar con fuerza en Europa. «Uno de los problemas de la competencia de los aerogeneradores chinos, que no tienen nada de producción en Europa, es que pueden causar graves problemas a los productores locales si fabrican e importan bajo condiciones que otras compañías no tenemos», apunta. Al igual que sucede ya en la industria del automóvil, los fabricantes chinos -hace apenas 15 años no existía ninguno- están barriendo el mercado terrestre. No así el marino, a cuya tecnología no le han hincado el diente todavía. Pero en tierra ya son los reyes y los dos principales fabricantes de aerogeneradores en 2023 fueron dos compañías chinas. Siemens Gamesa, que estuvo a punto de llegar a ser el primer fabricante tras la fusión en 2017, ocupa ahora el octavo puesto.
El máximo responsable ha renovado esta semana su compromiso de intentar sacar adelante la empresa tras anunciar el relevo de Jochen Eickholt al frente de la filial y situar en su lugar a Vinod Philip, ligado hasta ahora al negocio de fabricación de turbinas dentro de Siemens Energy. «Lo que le diré a la plantilla de Siemens Gamesa cuando esté en el cargo -formalmente será el próximo 1 de agosto- es que debemos ser pacientes. Implementar las soluciones llevará tiempo», ha apuntado el propio Philip esta semana en el encuentro con los periodistas. Asegura que saben ya cuáles son los principales problemas y que «ahora hay que poner en marcha las soluciones». Su futuro es binario. Está llamado a la gloria si, por fin, es el consejero delegado que consigue sacar a la compañía del barrizal en el que está metida o a la 'trituradora' de primeros ejecutivos que está alojada en el cuartel general de Alemania.
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«Paciencia» es el término más usado en la actualidad por los directivos de Siemens Gamesa tras reconocer que en el pasado no se tuvo la suficiente. Esa ausencia es, apuntan, la clave de los problemas actuales que este año llevarán a anotar otros 2.000 millones en pérdidas. Se mueven en una actividad industrial que se parece mucho al juego de cartas de las 'siete y media'. Pasarse o quedarse corto te deja fuera del mercado. Palas más grandes permiten que el aerogenerador arranque con menos viento... pero dan más problemas. Torres más altas permiten capturar más viento, pero sucede lo mismo. Un equipo con más tamaño permite albergar un generador de más potencia pero... incrementa el peso y el riesgo. Incluso no pasa por debajo de algunos túneles.
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«La velocidad de desarrollo de la tecnología tiene que ser más lenta para evitar errores», ha proclamado el primer ejecutivo tras haber paralizado la producción el pasado verano porque dos máquinas estrella, la 4X y la 5X, fallan o se autodestruyen. Van a seguir en el negocio pero son conscientes de que no pueden defraudar por mucho más tiempo. «Estamos escuchando muchas palabras de apoyo de nuestros clientes. Cuando volvamos al mercado, nos dicen, seguirán siendo nuestros clientes», apostilla Christian Bruch. Seguirán perdiendo dinero este año. Y también el que viene, para intentar alcanzar el equilibrio en 2026.
El nuevo 'director de orquesta' en Siemens Gamesa, Vinod Philip, afronta la tarea «confiado», si bien advierte que eso no debe confundirse con ser optimista. «Siempre hay incertidumbres, pero sería extraño empezar una carrera si crees que vas a perderla», matiza. Philip no puede ocultar un cierto rictus de tensión cuando es preguntado sobre una cuestión que en el País Vasco es sensible, el arraigo de la empresa. En la actualidad, al menos, vive en Alemania, en Mülheim an der Ruhr. «Siemens Gamesa tiene su base en España, así que pasaré mucho tiempo allí. En realidad estaré donde sea necesario», concluye.
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