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Manu Alvarez
Bilbao
Viernes, 23 de junio 2023, 10:40
Los máximos responsables de la multinacional Siemens Energy han comparecido hoy ante los medios de comunicación en una teleconferencia para lanzar un mensaje obligado por la regulación bursátil pero que revela un estado cercano a la desesperación. Donde se preveían beneficios para el actual ejercicio ... ahora se anuncian pérdidas y tras año y medio de problemas técnicos en el que debía ser su generador eólico terrestre estrella, el 5.X, la compañía admite que los fallos persisten y que va a generar gastos extraordinarios de, al menos, 1.000 millones de euros. Lo peor, sin embargo, es que los directivos de la compañía admiten que eso es tan sólo una evaluación preliminar y que no tienen datos suficientes para valorar el roto que la actividad de la antigua Gamesa va a generar en el grupo.
El mensaje de la cúpula directiva de la multinacional ha caído como una losa sobre los inversores y la cotización de las acciones de Siemens Energy en la Bolsa alemana recogen ya un impacto brutal, con un descenso del 30% en la cotización.
Las pérdidas de los seis primeros meses de actividad de su año fiscal habían ascendido a 787 millones de euros y la compañía preveía enderezar el rumbo en la segunda mitad del ejercicio, gracias al buen comportamiento de la demanda en el segmento de generación convencional de energía eléctrica. Pero el consejero delegado de la multinacional, Cristian Bruch, ha admitido hoy que esto no va a suceder, que las pérdidas van a incrementarse y que no existe aún luz al final del túnel.
«No tenemos un análisis completo», han admitido hoy Bruch y también Jochen Eickholt, responsable directo de Siemens Gamesa, para anticipar que lo que está por venir puede ser muy duro. La antigua Gamesa ha ido acumulando problemas serios en los últimos años. Primero fueron algunos contratos en el norte de Europa en los que no se pudieron cumplir los plazos y generaron indemnizaciones de varios cientos de millones de euros, más tarde fue el aumento repentino de las materias primas que convertían en ruinosos los equipos que se habían vendido con varios años de antelación y a un precio fijo y a ello se sumaron los problemas técnicos en el aerogenerador 5.X.
El 5.X, que iba a ser la estrella de la generación terrestre por su capacidad de generar algo más de 6 megavatios de electricidad a la hora, el triple de los aerogeneradores convencionales, se ha convertido en un pozo sin fondo. Básicamente lo que ha sucedido es un encadenamiento de desgracias. Las primeras unidades instaladas revelaron, ya en sus primeras horas de funcionamiento, defectos graves en algunos componentes. Además de las reparaciones se han acumulado importantes retrasos en la entrega de los equipos comprometidos y eso genera cuantiosas indemnizaciones por incumplimiento. Pero como la empresa estaba convencida de que iba a ser capaz de solucionar los problemas técnicos –hoy ha admitido que no ha sido posible todavía-, siguió vendiendo este aerogenerador y la ola de indemnizaciones comienza a transformarse en un tsunami. Y, de momento, se desconoce el alcance del desastre que generará esta situación.
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