'A priori' es una muy buena noticia que una empresa decida levantar -dejar sin efecto- un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) para poder asumir la producción de su cartera de pedidos. Sin embargo, en el caso del grupo siderúrgico Sidenor la ... resolución que tomó este martes de levantar el ERTE -que tenía vigente desde octubre y que estaba previsto que se prolongase hasta el 31 de marzo- no responde claramente a un aumento significativo de los pedidos sino a los problemas operativos que está provocando el alto absentismo laboral que padece la compañía. Así, en el comunicado interno a los trabajadores Sidenor manifiesta que «con un absentismo torno al 15%, junto con previsiones contrastadas de carga de trabajo para el primer trimestre de 2021 en nuestras plantas productivas, en las circunstancias actuales no es posible gestionar el nivel de actividad y la plantilla necesaria».
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Por ello anuncia que han tomado la decisión de «desistir de la aplicación de la medida de suspensión de contratos que tendrá efecto el 26 de diciembre de 2020». La medida abarca al conjunto de centros de trabajo afectados y a los empleados.
La preocupación por el absentismo laboral es una constante en la industria vasca, ya que históricamente presenta tasas por incapacidad temporal (bajas médicas) muy superiores a la media española, pero que además se han visto agravadas por las bajas y cuarentenas por el Covid. En octubre ArcelorMittal tuvo serios problemas de organización laboral en sus plantas guipuzcoanas, mientras que en junio pasado grupos como Mercedes, Michelin, Tubos Reunidos o Tubacex alertaban de los problemas de operativa que les estaban causando las bajas laborales.
El grupo Sidenor argumentó en octubre la necesidad de adoptar el ERTE, que abarcaba a la practica totalidad de los 1.600 trabajadores, por la caída de la carga de trabajo provocada por la paralización del sector de automoción -al que dirige cerca del 70% de su producción- como consecuencia del Covid. En ese momento, la compañía subrayó que con esta medida eludía recurrir a despidos.
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A pesar de que durante las negociaciones del ERTE se logró avanzar en numerosos puntos -como la limitación de su duración hasta el 31 de marzo y elevar el complemento salarial hasta el 80%- al final no se llegó a un acuerdo, ya que la parte laboral reclamó una serie de garantías en materia de preservación del empleo no aceptadas por la empresa. Los sindicatos recurrieron el ERTE ante la audiencia Nacional, que ha fijado vista oral para el mes de mayo.
Tras el anuncio de levantamiento del ERTE, desde la parte laboral en una primera valoración, el sindicato USO mostró su discrepancia con la versión de la empresa y puso el acento de los problemas para poder sacar adelanta la producción en el incremento de la carga de trabajo. Así, en un comunicado señalaron que «la retirada del ERTE viene a reforzar la posición del sindicato cuando decíamos que la aplicación del ERTE era una medida excesiva, extemporánea y posiblemente preventiva. Hecho este, que queda visible como consecuencia de tal decisión».
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