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Educado, respetuoso, eludiendo el cuerpo a cuerpo y evitando acusaciones que ensanchen la distancia que ya separa a los empresarios con el Gobierno de Pedro Sánchez, pero al mismo tiempo con un mensaje claro. Este es el hilo conductor que ha usado este martes el ... empresario vasco, Andrés Sendagorta, en la clausura del congreso anual que ha celebrado este año en Cáceres el Instituto de Empresa Familiar que preside. «No nos han podido echar las pandemias, no podrá con nosotros la inflación, ni la crisis energética y espero que tampoco lo hará la marejada fiscal que vivimos estos días», ha señalado en alusión a las últimas decisiones del Ejecutivo, que han redoblado la presión tributaria sobre las empresas y también sobre los patrimonios más elevados. «Nosotros somos de aquí y no nos vamos a ir», ha señalado en alusión a el temor que existe a que una parte significativa de las grandes fortunas españolas cambie de residencia hacia países con mejor tratamiento fiscal -Portugal, con un Gobierno socialista, se ha convertido en el principal foco de atracción fuera de las fronteras nacionales-, lo que puede significar también un hipotético desplazamiento de inversiones.
En un breve encuentro con los medios de comunicación, Andrés Sendagorta, ha reiterado el compromiso de estas empresas con su territorio porque, ha apuntado, «el arraigo a la tierra es precisamente una diferencia que caracteriza a la empresa familiar». En relación con la capacidad de resistencia a las dificultades y al compromiso de no deslocalizarse, Sendagorta ha recordado que el empresariado vasco es un claro ejemplo de ello «habiendo resistido a momentos muy complejos en el País Vasco».
El Instituto de Empresa Familiar está formado por un centenar de las principales empresas españolas -aquellas en las que hay un claro control de alguna familia sobre la mayoría del capital social, aunque algunas coticen en Bolsa- y representan, aproximadamente, el 14% del PIB Nacional. Su influencia, sin embargo, va más allá porque actúan como líderes de las diferentes agrupaciones autonómicas que agrupan a las empresas familiares, cuyos miembros también acuden cada año al congreso del IEF. Juntos, su peso en la economía nacional se extiende hasta el 25%.
Andrés Sendagorta ha hecho también alusión en su discurso al plante del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no acude a esta cita desde 2018 tras un distanciamiento que se generó en el congreso celebrado ese año en Valencia. «Nos hubiese encantado con la presencia del presidente y quiero asegurarles que el próximo año le volveremos a invitar», ha dicho Sendagorta, que había hecho notables esfuerzos para romper la dinámica de los últimos años. Pese al fracaso de sus gestiones con La Moncloa realizadas en los últimos meses, el presidente del IEF reiteró al vocación de «respeto institucional» de la empresa familiar.
Ha llamado también a evitar la «polarización para apostar por la moderación», con el objetivo de «construir un marco estable». Lejos de lanzar veladas amenazas de deslocalización de empresas o de empresarios, ha insistido en la vocación de continuar con la misión que han emprendido y que muchos de los miembros del instituto asumieron de manos de sus padres o antepasados. «Como ven ustedes, nada que ver con leyendas negras llenas de puros y chisteras que algunos tratan de difundir», ha apuntado en torno a la descalificación que a veces se lanza sobre los empresarios. Sendagorta ha lanzado también un mensaje al Gobierno de Pedro Sánchez, que en los últimos meses ha dado la sensación de improvisación en muchas decisiones que afectan a las empresas y los empresarios, cuando no radicales cambios de rumbo. «Huyamos de las ocurrencias -ha dicho ante el medio millar de empresarios congregados en el foro de Cáceres- y apostemos por el rigor. En esa tarea siempre podrán contar con nosotros». También se ha referido a la necesidad de «rehuir tentaciones populistas de todo signo a las que otros están sucumbiendo».
También ha marcado algunas diferencias que son claves en los atributos de las empresas familiares, frente a la extensión de un capitalismo financiero -la extensión de los fondos de inversión ha contribuido de forma decisiva a ello-, más preocupado por las plusvalías rápidas. «Damos la bienvenida a quienes ahora descubren la importancia del largo plazo y de pensar no solo en el beneficio del trimestre sino también en los intereses de proveedores, clientes, empleados y comunidades, hemos pensado desde siempre en términos de generaciones. No de trimestres sino de generaciones. Y a la siguiente generación queremos dejarle mejores empresas en un mundo mejor y en una sociedad mejor», ha apuntado en este sentido.
El Congreso de la empresa familiar ha concluido hoy con varias mesas redondas en las que representantes de empresas españolas y portuguesas -Portugal era el país invitado en la edición de este año-, han expuesto sus experiencias de gobierno corporativo y de crecimiento. Entre los ponentes ha participado el empresario vasco Javier Ormazabal, presidente del grupo Velatia.
El Instituto de Empresa Familiar ha decidido que su congreso anual de 2023 se celebrará en Bilbao, dentro de la estrategia que tiene esta institución de rotar por diferentes lugares de España. No es la primera vez que esta entidad reúne a la élite de las empresas familiares en la capital vizcaína, ya que el IEF convocó allí a este destacado grupo de empresarios y directivos en 2015. En esta ocasión, la decisión tiene mucho que ver con los deseos del actual presidente del Instituto, Andrés Sendagorta, que se ha empeñado en convencer a la junta directiva sobre la oportunidad de hacerlo de nuevo, ocho años después.
El congreso del IEF se ha convertido desde hace años en uno de los foros de referencia del mundo empresarial en España, debido al nivel de los directivos y empresarios que congrega en cada cita. Hay que tener en cuenta que en esta institución coinciden empresarios de grandes compañías que aún tienen un elevado control familiar de su accionariado, como sucede con Inditex, Ferrovial, el grupo March, Gestamp, Puig, Mercadona o Coca Cola Iberian Partners. Cada año, en su congreso, el IEF mueve a la ciudad en la que se celebra su congreso algo más de 500 empresarios, lo que garantiza una elevada ocupación hotelera en la ciudad elegida, durante al menos tres días, además del consumo masivo de servicios de restauración, transporte y organización de congresos.
En el video promocional que el IEF ha utilizado hoy ante los asistentes al congreso para anunciar la elección de Bilbao como sede de la XXVI edición de este foro, en octubre de 2023, han rescatado un viejo lema utilizado por el Departamento de Turismo del Gobierno vasco: «Ven y cuéntalo».
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