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La secuencia es tremenda. Por culpa del precio de las emisiones del CO2 y del gas, a lo que se sumaba una gran carga fiscal y un sistema marginalista que obligaba a pagar a todas las fuentes de generación al precio de la más cara, ... los precios de la electricidad empezaron a subir. El Gobierno aseguró que no iba a rebajar impuestos porque era una situación transitoria. Pero los precios siguieron subiendo y, ante la presión popular y mediática, el Ejecutivo no tuvo más remedio que ceder y consentir en una tímida rebaja de impuestos. Los precios siguieron subiendo, las presiones también y el Gobierno se vio obligado a rebajar o eliminar casi toda la carga fiscal que gravaba el recibo. Pero los precios siguieron subiendo y el gabinete rompió las reglas del juego y, sin reparar en lo diferentes que eran la parte del mercado regulado y la que funciona por libre, concluyó que los beneficios de las eléctricas eran 'escandalosos' y decidió darles un recorte de 2.600 millones.

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elcorreo Seguridad jurídica, siniestro total