A Banco Sabadell le está costando mucho buscar pareja, ya que la ruptura de las negociaciones con BBVA se produce poco después de que el banco vasco Kutxabank no aceptase iniciar un proceso similar el pasado verano. En aquella ocasión, la propuesta para buscar ... cita partió directamente del presidente Josep Oliu, pero su acercamiento telefónico fue rechazado por la antigua caja vasca.
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Hasta el momento, Kutxabank siempre ha manifestado públicamente que su hoja de ruta camina el solitario, estrategia que avalan sus tres accionistas, las fundaciones bancarias BBK, Vital y Kutxa. La entidad vasca no negó que hubo un acercamiento por parte de la catalana, pero circunscribió esas conversaciones a la normalidad del mercado financiero, negando cualquier negociación con la entidad presidida por Oliu.
Al parecer, los primeros contactos se produjeron a finales de agosto o principios de septiembre con una conversación telefónica. Una llamada del presidente del Sabadell, Josep Oliu, a su homólogo en Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, animándole a considerar una propuesta de 'matrimonio'. Por su parte, el vicepresidente segundo de la entidad catalana -aunque su actual sede social está en Alicante-, Javier Echenique, también habría sondeado la disposición del PNV a una operación de este tipo.
De nuevo, según pudo saber este periódico, a mediados de septiembre Villalabeitia reunió a un grupo de consejeros de confianza de la entidad financiera para informarles a grandes líneas de la propuesta, que no ha conseguido encandilar a casi nadie. La respuesta al Sabadell fue algo así como 'de momento no, gracias'.
Aunque en todo momento Banco Sabadell se ha posicionado en favor de alianzas o fusiones como una oportunidad para ganar tamaño y competitividad en el sector, lo cierto es que la evolución de su acción en el último año se ha visto muy castigada en Bolsa. La entidad catalana sólo revivió al alza en los mercados cuando se anunció su noviazgo con BBVA, para hoy desplomarse en los mercados con el anuncio de la ruptura de conversaciones.
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Los mercados siguen descontando la difícil digestión que para el Sabadell ha supuesto su inversión en Reino Unido, la limitada rentabilidad de otras operaciones internacionales y la sospecha de que las cosas se van a poner más difíciles para la banca a partir de los próximos meses por el aumento de la morosidad, de ahí que se estén premiando las operaciones de integración para aprovechar economías de escala, reducir costes y mejorar márgenes.
El intento de acercamiento del pasado verano no fue el primero que hizo Sabadell hacia lo que es ahora Kutxabank. Ya lo intentó hace nueve años. En 2011 y tras la absorción del Banco Guipuzcoano, del que las antiguas cajas de ahorros BBK y Kutxa controlaban algo más del 20% de las acciones, la entidad presidida por Oliu hizo una propuesta de integración a BBK. La caja de ahorros vizcaína, sin embargo, rechazó la oferta y aceleró el paso para formalizar a finales de ese mismo año su fusión con la guipuzcoana Kutxa y la alavesa Vital. Aquel escenario era también de crisis económica y ganar tamaño se vislumbraba para algunos como la única fórmula de mejorar la competitividad en la banca.
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Tras el segundo acercamiento de este año en el entorno de Kutxabank insistieron en que la entidad es solvente, que tiene suficientes recursos propios para sortear la coyuntura y que sus planes estratégicos de futuro no pasan por una integración que le haga perder su actual perfil. «Salvo que el Banco Central Europeo lo imponga, Kutxabank no va a entrar en este tipo de propuestas», especificaron entonces fuentes próximas a la entidad financiera vasca, que advertían también de los problemas de una fusión con el Sabadell. «Tendría muchas sinergias -indicaron-, pero a cambio de una auténtica escabechina en el empleo, por las enormes duplicidades de la red comercial en Euskadi». Hay que tener en cuenta que el Sabadell absorbió en 2010 la red de oficinas del antiguo Banco Guipuzcoano. «La operación con más sinergias hubiese sido una fusión con Bankia y tampoco se consideró», apostillaban las mismas fuentes.
Al mismo tiempo esta hipotética operación plantearía un problema conceptual en el banco vasco, ya que quien estaría planteando matrimonio tiene una dimensión cuatro veces superior a la suya, por lo que podría quedar fagocitado. El símil es que se pasaría de 'cabeza de ratón' de la entidad más solvente de todo el mercado financiero español a 'cola de león' de la entidad catalana, con sede en Valencia. Posición muy difícil de encajar con los intereses de las fundaciones accionistas del banco vasco.
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