El sector aeronáutico vasco presenta la hoja de ruta para su transformación en años «cruciales»

El plan estratégico hasta 2024 impulsará la descarbonización y apuesta por aprovechar las nuevas oportunidades que brindan los avances tecnológicos

Martes, 14 de diciembre 2021, 14:41

El sector aeronáutico es uno de los que más han sufrido la crisis económica provocada por la pandemia. La aviación ha vivido uno de sus momentos más críticos debido a los confinamientos y las restricciones a los viajes que imponen todos los países. Las aerolíneas ... han llenado los 'aparcamientos de larga estancia' de aviones, y el coronavirus incluso le ha dado la puntilla al gigante de los cielos, el Airbus A380. Lógicamente, esas dificultades se han trasladado a los fabricantes, cuyas cuentas se han resentido notablemente. También en Euskadi, donde se había disfrutado de años con una cartera de pedidos envidiable. No obstante, las perspectivas son más halagüeñas: en los próximos 20 años, el mundo necesitará unos 40.000 aviones nuevos.

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Eso sí, no serán como los actuales. De media, los aviones son ahora un 68% más silenciosos y emiten un 32% de CO2 menos por pasajero que los modelos del siglo pasado. Es un avance en la descarbonización que las normativas cada vez más estrictas de emisiones y de ruido continuarán impulsando, y cada vez a mayor velocidad. Por eso, la aeronáutica vasca necesita una hoja de ruta que le garantice mantenerse en la punta de lanza de la innovación. Y eso es precisamente lo que ha aprobado hoy el clúster Hegan.

El Plan de I+D+i 2021-2024 nace tras un año de trabajo «para afrontar los desafíos de los próximos años, poniendo el foco en la neutralidad tanto de la operación de las aeronaves como de la fabricación de los sistemas y componentes». El clúster reconoce que la crisis aún no ha acabado, pero resalta que «el sector aeronáutico vasco está resistiendo» y que ha logrado preservar el empleo. Y ya atisba luz al final del túnel: prevé que el sector espacial continúe creciendo «tanto en misiones planificadas como en iniciativas privadas» -magnates como Elon Musk, Jeff Bezos o Richard Branson han puesto en marcha ambiciosos proyectos de turismo espacial-, señala que proliferan cada vez más los drones y experimentos como el de los taxis voladores, y menciona la oportunidad que representan nuevos conceptos -desde satélites que operan en la estratosfera, hasta zepelines o globos aerostáticos-.

Hegan subraya que la importancia de sacarle provecho a todos estos nuevos productos en años que van a ser «cruciales» trasciende el ámbito de su industria. El aeronáutico «es uno de los sectores que mayor porcentaje de su facturación reinvierte cada año en I+D+i, que tiene un efecto positivo directo en la productividad y en la competitividad territorial, y que, además, produce un efecto tractor en otras industrias y sectores», comenta el clúster en un comunicado en el que especifica que «la tasa de retorno social generada por programas aeronáuticos de I+D+i es del 70% anual». Eso significa que por cada 100 euros invertidos en I+D+i aeronáutica, el PIB en 700 euros al cabo de una década.

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Además, el sector «es estratégico y clave para la economía de un país porque es creador y generador de empleo directo de alta cualificación, y tiene unas tasas de creación de empleo indirecto e inducido que en el más prudente de los estudios multiplica por cuatro al empleo directo». Por todo ello, Hegan no tiene dudas sobre dónde se deben centrar los esfuerzos inversores: en la I+D, los nuevos programas y proyectos, y en reaccionar ante los nuevos paradigmas medioambientales.

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