«Las renovables van a ser uno de los motores de la recuperación tras el Covid»

- Suena rara una compañía fotovoltaica en el País Vasco, donde no hay sol.

- Es curioso, sí. La compañía nació en Getxo porque los dos fundadores, José Galíndez y Pablo Burgos, son de Getxo. Y aquí están las oficinas centrales, pero estamos presentes en 10 países y somos 250 personas de 13 nacionalidades diferentes. En el País Vasco existe una tradición de empresas eléctricas muy importante, y que haya líderes en el sector y hayan desarrollado un tejido industrial potente sobre el que nos apoyamos, nos ha permitido ir creciendo e ir acompañados de grandes proveedores de nuestro entorno. En resumen, que no hay sol pero sí hay infraestructura eléctrica, conocimiento y potencia internacional. Y eso es lo que necesitas.

- ¿Va mal casi todo menos lo fotovoltaico?

- Ja, ja. Tenemos un poco de suerte. El Covid se ha extendido por todos los países en los que operamos, en España, India, Chile, Perú, Estados Unidos..., pero tenemos la fortuna de que nuestro sector está menos afectado porque la demanda de energía no ha bajado tanto y la inversión a medio y largo plazo se mantiene con muy buenas expectativas. En nuestra división de generación de energía, la demanda ha caído y afectado a los precios, pero el 88% de nuestros contratos son a largo plazo. Además, es una actividad esencial en todo el mundo y durante el confinamiento hemos seguido funcionando. Y en la división de construcción de parques ha habido retrasos en unos países, pero en otros no.

- Pinta un momento dulce.

- Bueno, se ve que en la transición energética, la inversión en renovables es y va a ser uno de los motores de la recuperación tras el Covid. Existe un buen alineamiento entre los agentes implicados: las grandes compañías, los inversores, los gobiernos... La ola de la transición energética evidentemente no nos viene mal.

- Serán de los pocos sectores que dicen 'viva el Gobierno'.

- No es tanto 'viva el Gobierno'. Es una tendencia global. La transición energética no tiene mucha vinculación política. Pero, efectivamente, el Gobierno está haciendo cosas interesantes para el sector y no podemos criticarle en ese sentido. La UE, en su plan de reconstrucción, contempla que parte del paquete de ayudas vayan dirigidas a la transición energética. Es una tendencia general de todos los gobiernos, especialmente en Europa.

- Imagino que no ven mal los mensajes antidiésel.

- El antidiésel es un poco demasiado. No vamos a tener de repente una electrificación completa y todos los vehículos eléctricos. La parte de generación de energía con fuentes renovables es un elemento fundamental para la transición energética. Y nuestro propósito como compañía es acelerar la transición hacia una energía limpia y asequible. Hace tres semanas ganamos un contrato para suministrar energía en India durante 20 años con el precio más barato que había habido allí. En 2016, en Chile tuvimos otro récord, la oferta más baja del mundo. Y en 2012 fuimos los primeros en Latinoamérica en construir una planta sin subsidios. Para conseguir la transición hacia una energía limpia y asequible hay que ser muy competitivos, con proyectos rentables para garantizar la supervivencia de las compañías.

- ¿Qué otoño nos espera?

- Necesitamos mantener un sector industrial fuerte, internacionalizado, competitivo, con visión a largo plazo y que siga arraigado aquí. Ahora mismo estamos muy afectados por empresas y sectores que están sufriendo mucho, pero estoy convencido de que todo el mundo está dejándose la piel para resolver esta situación crítica y ser competitivos a largo plazo. Nos tocará sufrir, pero estoy convencido de que saldremos adelante y se nos acabará olvidando esta crisis.

- ¿Qué reformas ve necesarias ahora que la UE va a dar a España 140.000 millones de euros?

- La transición energética puede ser un motor importante y fundamental de la recuperación. Hay que centrarse en sectores de actividad que tengan arrastre, que sean tractores, y hacer inversiones duraderas y de valor. Vamos, tratar de invertir y no de gastar.

- La contrarreforma laboral ha quedado aparcada tras el acuerdo en Bruselas. ¿Qué le parece?

- No es momento de hacer contrarreformas sino de trabajar en implantar soluciones que nos permitan salir de la crisis. Hay que priorizar el apoyo a los sectores que peor lo están pasando, que hay muchos, y ahora mismo la reforma laboral no es una de las prioridades.

- La ayuda de la UE no es eterna ni infinita. ¿Hay que subir impuestos para complementarla?

- Es el debate tradicional: si subo demasiado los impuestos desincentivo la economía; pero necesitamos atender las necesidades de la sociedad en una situación de crisis como la que tenemos. Y eso en algún momento acaba suponiendo una subida de impuestos, al menos temporal. No es algo descartable. Las cosas hay que hacerlas con cuidado y establecer bien los límites para no dificultar la actividad económica con una carga fiscal demasiado alta. Pero es obvio que los países necesitan ingresos porque no se pueden endeudar eternamente. Así que algo de subida de impuestos veremos. Es lo que hay.