La recaudación de impuestos remonta gracias al impulso de las retenciones en las nóminas

Pero esa es la simple apariencia de las estadísticas. Un análisis más detallado, despojando a las cifras de cuestiones extraordinarias que han sucedido tanto este año como el pasado, permite apreciar que la tendencia de crecimiento de los recursos de la Administración pública es mucho mejor. De un lado, en 2024 se realizaron actuaciones especiales de recaudación en Bizkaia en materia de tributación de hidrocarburos, que permitieron un ingreso extraordinario que ya no se repite. Por contra, este año han entrado en juego las reclamaciones de antiguos mutualistas que pagaron un exceso de impuestos por sus declaraciones de ingresos y que ahora tienen derecho a una devolución. Así las cosas, eliminados los principales efectos extraordinarios, el crecimiento de la recaudación hasta finales de mayo se situaría muy cerca del 6%. Una tasa que encaja bastante bien con un aumento del PIB vasco del 1,7% en el primer trimestre y una inflación que se sitúa ahora en torno al 3,6%.

El conjunto del IRPF pero sobre todo las retenciones que se efectúan cada mes en las nóminas de los trabajadores por cuenta ajena, es el principal motor de ese aumento sostenido de los ingresos fiscales en Euskadi. Esas retenciones han crecido el 4,7% en Bizkia; el 6,3% en Álava y nada menos que el 11,9% en el caso de Gipuzkoa. Detrás de estas cifras está no solo el ligero aumento del empleo sino también las revisiones de convenios que se han sucedido durante este tiempo en el País Vasco.

Mientras tanto, las comparaciones en el resto de impuestos son complicadas porque están muy afectadas por las actuaciones extraordinarias de Bizkaia el pasado año, que afectaban principalmente al IVA y al Impuesto de Hidrocarburos. De ahí que en este territorio se haya contabilizado un descenso del 16,6% en el primero de estos tributos y del 2,4% en el segundo. En el caso del IVA, que es el mejor termómetro del comportamiento del consumo Gipuzkoa ha contabilizado un retroceso del 1,4% y Álava un aumento del 7,4%.

En cualquier caso los datos más significativos sobre la evolución real de la recaudación se tendrán en la contabilidad de julio y agosto, ya que para ese momento se habrán sustanciado varios hitos importantes en esta materia. Así, en junio finalizará la campaña de Renta y Patrimonio y entrarán en la estadística todas las declaraciones que tienen como resultados «a ingresar». En julio, además, las pymes y autónomos ingresarán en Hacienda sus liquidaciones trimestrales de IVA y retenciones de IRPF, al tiempo que a finales de ese mismo mes las empresas harán su declaración del Impuesto de Sociedades correspondiente a los beneficios que obtuvieron en 2023.