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Transportista de 54 años, conducía un camión cisterna cargado de gasolina en dirección al Puerto de Bilbao a la altura de los túneles de Mamariga. Las investigaciones apuntan a que perdió el control del vehículo al quedar inconsciente por causas desconocidas. Se fundamentan en que ... es un tramo en el que los camiones circulan a velocidad moderada y en que no hubo un choque o desencadenante que motivara el siniestro. Debido al roce de las ruedas con la bionda, el camión se incendió y las llamas alcanzaron con rapidez la cabina. El hombre falleció prácticamente en el acto, según informaron fuentes de la Ertzaintza. Los sindicatos recordaron la alta de los transportistas «como consecuencia de las largas jornadas de trabajo y el estrés» así como la elevada edad media en el gremio.
El mismo día en el que falleció el transportista hubo otro accidente mortal por la tarde. Kevin, de 29 años, perdió la vida al caerle encima la gigantesca puerta corredera que da acceso a la empresa en la que trabajaba, Iveco Bomloy, ubicada en el polígono Ugarte de Trapagaran. El joven, que solo llevaba tres meses en la compañía, estaba cerrando el portón al finalizar el trabajo cuando se salió de los carriles y le aplastó. La puerta, de varias toneladas de peso, debía moverse de forma eléctrica, pero se había roto el mecanismo así que el operario tenía que manipularla manualmente, según denunciaron los sindicatos. Técnicos de Osalan se desplazaron al lugar y analizaron el estado del portón, pero las conclusiones que recogieron en su informe son confidenciales.
Su trabajo consistía justo en instalar elementos de protección en obras para garantizar la seguridad. En concreto, J. C. A., de 48 años, estaba desplegando redes en unas viviendas en construcción en el barrio de Altzate de Rentería cuando se precipitó desde el cuarto piso. Trabajaba para la empresa Proteclan, subcontratada por la compañía encargada de la obra, Gailur Eraikuntzak. Según fuentes sindicales, el trabajador «contaba con muchos años de experiencia» en esa labor de colocación de elementos de protección, con lo que las investigaciones deberán de aclarar qué falló para que se cayese. El suceso tuvo lugar a las 11 de la mañana de un jueves y los servicios de emergencia que acudieron al lugar no pudieron hacer nada para salvar la vida del operario.
El operario, de 53 años, trabajaba en la cantera Ofitas del Cerro de Santutis, en el municipio alavés de Peñacerrada. Según fuentes del departamento de Seguridad del Gobierno vasco, J. M. R. L. quedó atrapado bajo una máquina. Los sanitarios desplazados al lugar solo pudieron confirmar su muerte.
Residente en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, tenía una larga experiencia y llevaba al menos una década ligado a la empresa. No ha trascendido información de cómo se produjo el accidente, que ocurrió a las 14.30 horas.
En la cantera se obtienen recursos minerales para su uso en mezclas asfálticas, obra pública y balasto de vía férrea. Trabajan en ella de manera habitual varios palistas y una veintena de camioneros.
El accidente se produjo en el Puerto de Pasaia, cuando un camión de gran tonelaje introducía su carga en un barco atracado en el muelle. I. G. I, de 47 años y vecino de Urretxu, trabajaba de vigilante de seguridad para la empresa Sabico y fue atropellado por el vehículo en las instalaciones de la compañía Noatum UECC. El conductor del camión era un profesional con amplia experiencia y tras el atropello tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios dado su estado de nerviosismo. La presencia de vigilantes de seguridad durante este tipo de operaciones de carga de mercancías en los barcos suele ser habitual y entre sus tareas figura la de evitar que los polizones se escondan en las bodegas de los buques para llegar a otros países de forma ilegal.
La caída de altura es uno de los accidentes más comunes y graves en la construcción. Así perdió la vida H. B. el pasado febrero, cuando realizaba labores de reparación en la cubierta de la empresa Fundiciones Fumbarri de Durango. Estaba contratado por la compañía Porto Cubiertas, que tiene su sede en Lantarón, Álava. Según fuentes sindicales, el trabajador portaba el arnés, pero «probablemente falló el anclaje secundario o no estaba bien fijado». Las primeras hipótesis apuntan a que el sistema de retención no estaba bien ajustado y sufrió una caída de 15 metros. El hombre quedó gravemente herido y falleció poco después. No es la primera vez que muere un trabajador en la fundición. En 2017 falleció un empleado de 57 años cuando manejaba una caja de desmoldeo.
Otro trabajador fallecido por caída de altura en el sector de la construcción. R. M. P, de 54 años, estaba trabajando en la obra del ascensor público que se está construyendo en el barrio de Santa Teresa de Arrasate. Por causas que se desconocen cayó desde una altura de tres metros al precipitarse al interior de una arqueta cuando estaba realizando los últimos remates de la instalación. El trabajador dependía de la subcontrata gallega Proyectos y Obras Garci, que prestaba servicios a la constructora guipuzcoana Altuna y Uria, adjudicataria del proyecto licitado por el Ayuntamiento de Arrasate. El accidente tuvo lugar a las cuatro y media de la tarde y se desconocen los detalles del mismo. Los equipos de emergencia solo pudieron certificar su muerte.
Ese día fue el accidente, aunque la muerte se produjese semanas más tarde a causa de las graves heridas sufridas. El fallecido era un joven transportista contratado por la empresa Orixol Garraioak, El siniestro ocurrió a las once de la mañana en las instalaciones que TKV Logística tiene en la localidad guipuzcoana de Eskoriatza. El trabajador estaba realizando labores de carga y descarga de material para la empresa Fagor Ederlan. Según remarcaron fuentes sindicales la mercancía, que era muy pesada, no estaba bien sujeta y le golpeó la cabeza, provocándole heridas de consideración. El joven fue trasladado en estado muy grave al Hospital de Txagorritxu y, a epsar de todos los intentos por salvar su vida, falleció casi un mes después.
También en este caso el fallecimiento se produjo días después del accidente. A. A. C. resultó herido de gravedad al volcar la máquina con la que realizaba labores de limpieza en una comunidad de vecinos.
El siniestro tuvo lugar hacia las 12 de la mañana en el barrio de Zabalgana de Vitoria. Ocurrió cuando el hombre intentaba subir la rampa para abandonar el garaje que había estado limpiando. Al parecer intentó ascender zigzagueando para salvar la elevada pendiente de salida y en uno de esos giros perdió el control de la máquina y volcó quedando atrapado contra la pared del garaje.
El hombre, que trabajaba en la empresa Zohialimp, fue trasladado de inmediato al Hospital Txagorritxu pero días más tarde falleció a causa de las heridas.
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