Un Primero de Mayo marcado por la inflación

Porque la precariedad se ha convertido en la principal característica del mundo del trabajo. Una precariedad que dificulta enormemente la construcción de un proyecto de vida y que afecta, sobre todo, a sectores feminizados. Del total de empleos precarios, 311.000 los ocupan mujeres. Es decir, el 57%.

A todo ello se suma ahora el encarecimiento de la vida. Una inflación desbocada que dificulta aún más el día a día de las personas con un empleo precario. ELA comparte la sensación de la gente que se siente estafada, que ve cómo el precio de la luz, el coste de la gasolina o la factura de la compra se disparan.

Los salarios han perdido un 10% de poder adquisitivo en la última década (un 17% en el sector público), mientras que en 2021 las empresas lograron beneficios históricos, especialmente las energéticas (Iberdrola ganó 3.880 millones).

El encarecimiento de la energía es una de las razones del incremento del IPC, pero no la única. Nos siguen cobrando el agua, el viento y el sol a precio de gas, y los gobiernos de Pedro Sánchez, Iñigo Urkullu y María Chivite ponen parches sin cuestionar los abusivos beneficios de estas empresas y permiten que nos sigan estafando. Además, el Gobierno vasco y la patronal Confebask piden que no se suban los salarios, que renunciemos incluso al IPC.

Por todo ello, acabar con la precariedad y defender los salarios son las principales reivindicaciones de este Primero de Mayo para ELA. Este sindicato seguirá buscando acuerdos, pero siendo muy consciente de que los contenidos dependerán de la capacidad de organización y de confrontación que tengamos en cada sector y centro de trabajo, en los que la huelga continuará siendo una herramienta indispensable.

Este Primero de Mayo LAB sale a la calle por el reparto de los cuidados, el empleo y la riqueza. Tras décadas de políticas neoliberales llegó la crisis del 2008, más tarde la pandemia y ahora, la guerra en Ucrania.

Ante esta situación hay que cambiar el sistema, un modelo económico y social injusto que no se sostiene ni social ni ecológicamente. Por eso, el debate sobre las políticas redistributivas es más pertinente ahora que nunca.

El poder y la riqueza se concentran en cada vez menos manos y con mayor descaro. Directivos del Ibex 35 y de grandes compañías no tienen problemas con las subidas salariales, con las suyas, claro está. Eso sí, a las y los trabajadores y trabajadoras se nos dice que «no es momento de subidas salariales y de pensiones acordes a la evolución de la carestía de la vida», afirmación que desde LAB negamos de forma rotunda.

Nuestra sociedad está envejeciendo. Todas las personas a lo largo de nuestras vidas vamos a necesitar cuidados y tenemos derecho a unos cuidados dignos. Este trabajo no puede recaer sólo en las mujeres y los cuidados no pueden ser un negocio. Hay que reconocer todos los trabajos, repartirlos y dignificarlos. Para ello reivindicamos la reducción de la jornada laboral.

Hay que repartir la riqueza, redistribuirla. En primer lugar, mejorando los salarios con subidas acordes al IPC y un mínimo de 1.400 euros. LAB no contempla ningún pacto de rentas que no recupere el poder adquisitivo que hemos perdido las y los trabajadores. Estableciendo un salario máximo, que como mucho, triplique el mínimo y limitando los dividendos. En segundo lugar, mejorando los servicios públicos en sanidad, educación, políticas de vivienda o protección social, así como un servicio público comunitario de cuidados. Y finalmente, con una reforma fiscal que aumente los impuestos a las rentas de capital y sobre los beneficios empresariales.

Todo esto lo tenemos que hacer posible aquí en Euskal Herria, avanzando en términos soberanistas para poder tomar decisiones que afecten a las condiciones de vida de la clase trabajadora.

Bajo este lema, CC OO de Euskadi nos manifestamos en las tres capitales vascas este 1 de Mayo, reivindicando el mundo del trabajo, la igualdad y la justicia social como las mejores herramientas para ubicar en el centro a todas las personas, en especial, a las más vulnerables.

En el día internacional de la clase trabajadora, reiteramos nuestra más enérgica condena a la invasión de Rusia a Ucrania y exigimos, como organización internacionalista y de clase, la intensificación del diálogo real y las conversaciones de paz.

Nuestras reivindicaciones más inmediatas pasan por adoptar medidas que contribuyan a la contención de los precios de la luz y del gas, que están impactando en las economías familiares, y por proteger a los colectivos más vulnerables y a las personas con los salarios más bajos. Además se deben adoptar medidas que eviten el incremento de los precios abusivos de los alquileres y contengan los precios en sectores que están siendo muy impactados, como pueden ser los electrointensivos o los que dependen en exceso de los carburantes.

En nuestra opinión, este contexto bélico no puede ser aprovechado para dar pábulo a líneas de pensamiento fiscal que retornen a la insolidaridad como el modo de afrontar las consecuencias económicas y sociales de la crisis. El mensaje de una reducción generalizada de impuestos es una trampa que no solo no va a solucionar nada, sino que agravaría los problemas que ya tenemos. No olvidemos que se trata de que paguen más los que más tienen y de que reciban más quienes peor lo están pasando.

Exigimos, además, garantías de mantenimiento del empleo utilizando los instrumentos que acordamos en la última reforma laboral, reivindicando la negociación colectiva y condicionando cualquier ayuda pública recibida por las empresas a evitar despidos. El crecimiento económico tiene que repartirse con la sociedad y la clase trabajadora, y la primera forma de reparto es a través de los salarios y la negociación colectiva garantizando el poder adquisitivo y el incremento de los salarios, principalmente los más bajos.

UGT tiene como objetivos y soluciones la subida de salarios, contener los precios, trabajar día a día por la igualdad en la sociedad y en la empresa, sin olvidar la lucha contra la siniestralidad laboral.

En los dos últimos años, protagonizados por el Covid-19 y ahora por la invasión de Ucrania, hemos alcanzado más de una decena de acuerdos en el seno del Diálogo Social estatal y en Euskadi. Algunos en la urgencia de la pandemia y otros que han derogado aspectos regresivos de la reforma laboral y de pensiones del PP.

Personas trabajadoras vascas se han beneficiado de acuerdos como los ERTE, medida que ha preservado el empleo a más de 208.000 asalariados en Euskadi y complementado sus prestaciones para aquellos con menores ingresos. También hemos regulado el teletrabajo y mejorado la vida de falsos autónomos con la 'ley Rider' y de plataformas digitales.

UGT ha recuperado la revalorización de las pensiones de acuerdo al IPC y ampliado las cotizaciones e ingresos del sistema público de pensiones. Hemos conseguido que se suba el SMI a 1.000 euros desde los 655 euros en 2016. Y, en cuanto a la reforma laboral, se ha conseguido recuperar la ultraactividad, la prevalencia del convenio sectorial frente al de empresa y rebajar la temporalidad. De hecho, en Euskadi en marzo volvían a subir hasta un 21% los contratos indefinidos que se firmaron durante dicho mes. Nos hemos propuesto acabar con la temporalidad también en el sector público vasco (de un 42%) presentando varias posibilidades para consolidar las plazas de un personal que lleva más de 5 años contratado en fraude de ley. Y no vamos a consentir que nadie pierda su puesto de trabajo por no tener el perfil lingüístico requerido.

Tenemos que seguir recuperando derechos sociales y laborales, seguir derogando aspectos de la reforma del PP que facilitó el despido y rebajó las indemnizaciones. Seguimos trabajando para los colectivos que sufren discriminación. Hay que garantizar la transición ecológica y avanzar en la jornada de 32 horas semanales.

En UGT trabajamos por y para los trabajadores y trabajadoras y por ello les llamamos a participar en este 1 de Mayo. ¡Gora Maiatzaren Lehena!