
«En Euskadi faltan oportunidades para que quienes marcharon a Madrid vuelvan al nivel al que están». Con esta contundencia ha descrito Anton Arriola, presidente ... de Kutxabank, las posibilidades que ofrece el mercado vasco a unos jóvenes que no encuentran ofertas para mantener los mismos salarios. En una Euskadi con una pirámide poblacional envejecida, Arriola ha reclamado políticas que impulsen una industria fuerte que atraiga y retenga talento.
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No es la primera vez que el presidente de Kutxabank alude a la fuga de talento que sufre Euskadi. En un foro el pasado mayo ya advirtió de que los salarios de los jóvenes «son extremadamente bajos». Esta situación deriva, según su tesis, en que marchen a la capital en busca de mejores condiciones laborales. Sin embargo -sostiene Arriola-, «al de cuatro años quieren volver, pero no encuentran oportunidades para mantenerse en el mismo nivel».
En un momento en el que la atracción de talento se antoja fundamental para que las empresas vascas puedan competir en un mercado cada vez más convulso, Arriola ha reparado en que el euskera es «un limitante» para la atracción de profesionales extranjeros. «Si un polaco viene a una empresa a trabajar cuatro años, pues no le cuadra que sus hijos estudien en este idioma», ha precisado para después reclamar más colegios internacionales.
El presidente de Kutxabank ha reparado en la necesidad de impulsar una política industrial fuerte, no solo para atraer y retener y talento, sino para hacer frente a una economía sumida en la incertidumbre tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Arriola ha aplaudido las políticas europeas destinadas a impulsar la industria y el sector de la defensa. «Es el momento de generar proyectos para los fondos que van a venir», ha añadido.
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Arriola ha señalado como «necesaria» la apuesta de la Unión Europea por flexibilizar las exigencias en materias como la lucha contra el cambio climático. «Hay un consenso muy generalizado entre la clase empresarial sobre la necesidad de echar el freno», ha señalado para después añadir que «se ha pensado en los derechos de los consumidores y el medio ambiente, pero hay que generar industria para ser punteros».
Ante este convulso escenario, la junta de accionistas de Kutxabank lanzó el miércoles una sociedad para invertir 500 millones en acciones de empresas. Este nuevo grupo -Indar- se dedicará a tomar participaciones en compañías, principalmente del País Vasco, que «estén consolidadas o en crecimiento». Una apuesta que permitirá reactivar el papel tradicional que ha tenido este banco y sus tres fundaciones accionistas como dinamizadoras de la actividad empresarial en Euskadi.
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Arriola ha aclarado esta mañana que estos 500 millones son el punto de partida, pero que la sociedad podrá incorporar otros inversores y que en un futuro podrá salir a bolsa. El objetivo de estas operaciones es que Indar sea competitivo con unos fondos de inversión que en algunos casos «tienen un objetivo a corto plazo».
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