![Los precios de las gasolinas experimentan la mayor subida de los últimos siete años](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202106/14/media/cortadas/gasolina14-kQwB-U140695475494tcE-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Prepárese para seguir estrujando aún más la cartera cuando vaya a repostar carburante para su vehículo. Los precios llevan una imparable senda ascendente que por el momento no parece que haya tocado techo. Su materia prima, el crudo, ha cuadriplicado su precio en el último ... año y en lo que va de 2021 se ha encarecido un 32%. Así, el barril de Brent alcanza ya los 72,2 dólares, los an alistas internacionales apuntan a que este verano llegará a los 80 dólares y tampoco creen que ese vaya a ser el techo anual. La traslación al surtidor es clara, la semana pasada el litro de gasolina de 95 octanos estaba a 1,358 euros y el gasoil de automoción en 1,221 euros, según recogía el Boletín de Petróleo de la Unión Europea. Un precio así no se registraba desde octubre de 2014.
En general estamos ante una subida de un 13% desde enero y de un 23% sobre junio de 2020. Esto último se explica por el desplome de precios que supuso el confinamiento. Recuerde que usted vio con sus propios ojos la gasolina a 1,07 euros el litro y el diésel a 0,98 euros el año pasado. Pero lo que llama la atención es que los precios de hoy, cuando aún no se ha recuperado del todo el consumo, están por encima de los de hace dos años, de junio de 2019. Esto cuesta entenderlo, ya que la baja de precios de los carburantes acotada al periodo fue de un 17% y la subida posterior se ha disparado hasta el 23%, porcentaje inaudito desde 2014.
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En euros de uso ciudadano llenar un depósito de 50 litros con gasolina cuesta hoy 7,5 euros más que en enero de este año, casi 13 euros más que en junio pasado, pero también 1,65 euros más que en junio de 2019. Si hablamos del diésel, el encarecimiento llega de 6,8 euros desde enero, 10,7 euros más que hace un año y esta vez casi el mismo precio que en 2019.
Mucho más gráficas -y duelen más- son las cifras que maneja la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que indican que el sobrecoste que va a tener que asumir un conductor que realice unos 20.000 kilómetros anuales será de 280 euros si utiliza gasolina y de 200 euros si es gasoil con respecto a hace un año, cuando los precios estaban en sus niveles más bajos.
Kepa Loizaga, delegado de la OCU en el País Vasco, reconoce que no es posible controlar el precio internacional del petróleo, pero cuestiona que cuando se encarece el crudo «los precios de las gasolinas suben enseguida, como si fueran en ascensor», mientras que cuando baja el barril «nos encontramos con el efecto pluma, bajan muy despacio y oscilantes». También llama la atención ante el hecho de que aproximadamente más de la mitad del coste de los carburantes son impuestos y reflexiona sobre la necesidad de revisarlos, como están pidiendo con lo de la electricidad.
En España hay unas 11.600 estaciones de servicio, de las cuales 307 están en el País Vasco. Aquí se incluyen las grandes redes de las petroleras, pero también miles de empresas familiares para un negocio que tiene una plantilla media por estación de unas 5 o 6 personas. Cuando se habla del coste de los carburantes, la referencia es la media española, después hay diferencias entre autonomías y entre cada estación de servicio, ya que los precios están totalmente liberalizados.
La vicepresidenta de la asociación de estaciones de servicio de Bizkaia (Estaserbi), Nuria Lekue, reconoce que cuando los precios suben y los clientes se quejan «nosotros poco podemos hacer» frente a los mercados internacionales o los impuestos. Al contrario de lo que pudiera parecer para las gasolineras lo más rentable es que los carburantes estén baratos. «Para nosotros cuanto más barato esté el litro de combustible mejor, la gente se mueve más. Lo nuestro es un negocio de márgenes pequeños, por lo que lo que nos interesa es el volumen de litros vendidos». Lekue tiene aún muy reciente lo mal que lo pasó el sector con la pandemia. «Ha sido muy duro, hubo meses que vimos caer nuestra actividad hasta un 97%».
La vicepresidenta de Estaserbi pone en valor la diversificación que han realizado de las 'gasolineras' hacia las 'estaciones de servicio'. Sin esta diversificación, muchas habrían cerrado y se da el caso de que para algunas estaciones la venta de carburante sólo aporta el 30% del negocio. Para contrarrestar los bajos márgenes se han introducido tiendas, supermercados, restauración, lavacoches, lavado de mascotas, productos locales, leña, butano, etc. «Al cliente hay que darle el mayor número de servicios posibles», explica Lekue, que añade que ahora les toca transformarse hacia los nuevos repostajes para coches de gas o eléctricos.
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