Las políticas deben ajustarse a las promesas

Sin embargo, nos enfrentamos a una paradoja: los fabricantes estamos en números rojos, precisamente en un momento en el que el sector eólico debe invertir para cumplir los ambiciosos objetivos renovables. Los fabricantes de aerogeneradores nos vemos lastrados por políticas que minan la posibilidad de un modelo de negocio sostenible; durante años, los procesos de concesión de permisos han provocado un desajuste entre el volumen de energía renovable prevista y la realidad. A esto hay que añadir que en 2023 la subida de los precios de la energía, las materias primas y el transporte seguirán teniendo un impacto negativo para los fabricantes.

Esperamos que 2023 sea un año en el que las políticas se ajusten a las promesas de instalación de los gobiernos de Europa y de todo el mundo. Para que sea así, la industria eólica debe considerarse de la máxima importancia estratégica. Y necesitamos las condiciones adecuadas para que esto sea así lo antes posible, en 2023. Entre estas condiciones, destacan la agilización de la concesión de permisos para parques eólicos; subastas con criterios cualitativos que vayan más allá del precio; y volúmenes de mercado transparentes y estables a largo plazo para reducir la diferencia entre las ambiciones políticas y los permisos de instalación concedidos.