España es uno de los países rezagados a la hora de diseñar un mecanismo de ajuste que reduzca la pensión inicial de los nuevos jubilados en función de la esperanza de vida. Un esquema que impera entre los países del entorno europeo.
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En Alemania las ... pensiones se calculan en base a un sistema de puntos que dependen de las cotizaciones realizadas por el trabajador y de la cotización media del conjunto de ocupados. En ese cálculo se incluye un ajuste automático que refleja factores demográficos como la relación entre cotizantes y pensionistas. Y el recorte se aplica tanto a las nuevas pensiones como a la revalorización de las existentes.
En Portugal la edad legal de jubilación se indexa a la esperanza de vida: dos tercios del aumento observado en los dos años previos se trasladan a la edad legal de cobro de pensión. Pero a su vez existe un mecanismo que traslada los aumentos de esperanza de vida al nivel de la pensión, aunque se aplica exclusivamente a las jubilaciones anticipadas. La fórmula de pensiones refleja los ingresos durante toda la vida laboral y el número de años contribuidos.
En Italia la pensión se calcula a partir de las cotizaciones de toda la vida laboral, actualizadas según la media geométrica quinquenal de la variación nominal del PIB, multiplicado por un coeficiente de transformación dependiendo de la edad de jubilación, que está calculado utilizando las correspondientes tablas de mortalidad y que utiliza la esperanza de vida a cada edad.
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De igual manera, Suecia, uno de los sistema de pensiones más reconocidos y admirados gracias a sus cuentas nocionales, tiene un mecanismo que se activa si el índice de solvencia que se deriva del balance actuarial es menor que 1 y que reduce los derechos futuros de los cotizantes y la revalorización de las pensiones hasta que se recupere el índice de solvencia. Depende de factores como el crecimiento de la economía del país o el mercado laboral; financieros como el rendimiento del fondo de reserva; y demográficos como la esperanza de vida y la tasa de dependencia.
Francia, por el contrario, no cuenta con un mecanismo de recorte automático, pero sí ajusta el sistema por medio de cambios paramétricos, como recogía la reforma española de 2011.
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