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El debate alrededor de las pensiones está más vivo que nunca: se estudia si alargar la edad real de jubilación, si se deben sacar de la Seguridad Social las prestaciones no contributivas, qué años se computarán a la hora de calcular la pensión, etc. ... Todos estos asuntos se analizan en la Comisión del Pacto de Toledo, que trabaja en la redacción de un texto de recomendaciones para la reforma del sistema. Entre ellas figura la fórmula que se utilizará en los próximos años para revalorizar las pensiones. Mientras se llega a un acuerdo, y al igual que hiciera en este 2020, el Gobierno ha decidido vincularlas al IPC. ¿Y cómo evolucionarán los precios en 2021? Según el Plan Presupuestario enviado ayer a Bruselas, avanzarán un 0,9%, la misma subida aplicada a las pensiones de este año.
En teoría, y según lo dispuesto en la reforma de 2013, desde el 1 de enero de 2019 la cuantía de las pensiones se debe actualizar cada año conforme al Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP). Se trata de un mecanismo de ajuste automático que indica cuál es la revalorización que tendría que aplicarse a todas las pensiones existentes para conseguir el equilibrio financiero del sistema en un plazo relativamente corto de años. Un método que establece una subida mínima de las pensiones del 0,25%, pero que no siempre garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. Sin embargo, en los tres últimos años la aplicación de este índice ha sido suspendida..
Además, la intención del Gobierno es derogar definitivamente esta fórmula de calcular las pensiones y aprobar antes de finalizar de año otra vinculada al IPC. Se trataría de un mecanismo automático de subida anual vinculado a los precios. La fórmula empleada podría ser la inflación media de los últimos doce meses, u otra parecida. Siempre, eso sí, que se garantice el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas.
De ahí que, si un año termina sin un incremento del IPC; o incluso marque registros negativos, los pensionistas no verán mermadas sus prestaciones. En principio tampoco parece que tengan que devolver parte de su pensión ya cobrada si la revalorización aplicada ese año resulta superior al índice de precios final. Es lo que podría suceder este 2020. El Gobierno decidió a principios de este año aumentar las pensiones un 0,9% -siempre con efectos retroactivos al 1 de enero- porque preveía que el IPC avanzaría en el mismo porcentaje. Sin embargo, en septiembre los precios acumularon seis meses consecutivos de tasas negativas.
En caso de que el IPC supere en 2020 ese 0,9%, los pensionistas tendrán asegurado el cobro de la denominada 'paguita', que sirve para compensar la diferencia entre el índice de precios calculado para determinado año y el que finalmente resulta. De haberla, esa paga compensatoria se abonará en un único pago antes del día 1 de abril.
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