Entramos en 2024 después de un año que ha transcurrido sin grandes cambios respecto a las previsiones que existían. No ha sido un ejercicio de grandes altibajos; tuvimos un primer semestre de algo de mayor actividad y en este segundo semestre la actividad se ha ... ralentizado, para cerrar un año que ha transitado en su globalidad por la senda del crecimiento moderado. Durante esta etapa, las empresas alavesas hemos demostrado, una vez más, nuestra fortaleza y resiliencia, factores clave para afrontar esta etapa de pospandemia en la que ha aumentado la carga de trabajo y en la que la dificultad para lograr nuevos profesionales, el encarecimiento de la financiación y la incertidumbre geopolítica siguen siendo los principales obstáculos. Con todos estos mimbres, podemos decir que estamos moderadamente satisfechos.

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Ahora afrontamos un nuevo ejercicio con optimismo, pero convencidos de que nos vamos a encontrar con nuevas dificultades que también sabremos gestionar. El crecimiento que prevén las diferentes administraciones no nos va a separar demasiado de la senda actual y después de un año marcado por las constantes subidas de los tipos de interés empezamos a escuchar las primeras voces que apuntan a una congelación para el 2024. En definitiva y a modo de resumen, todo parece indicar que la situación económica del próximo año se mantendrá semejante a la actual, aunque siempre muy supeditada a la inestabilidad geopolítica que estamos viviendo.

Al nuevo año le demandamos, sobre todo, pedidos para todas las empresas alavesas. Capacidad para generar y retener el talento tan necesario en nuestros días, una fiscalidad justa que nos permita competir en igualdad de condiciones con los territorios vecinos y todo ello dentro del necesario marco de seguridad jurídica.

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