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ADOLFO LORENTE
Miércoles, 24 de enero 2018, 01:44
La primera lista negra de paraísos fiscales aprobada por la UE nació el 5 diciembre con todas las alharacas de las grandes ocasiones después de un largo año de duras negociaciones. Una lista, por cierto, que nació excesivamente coja al incluir sólo 17 países ... pero que se vendió como una gran victoria del club de cara a la sociedad. Ayer, cuando apenas contaba 49 días de vida, la lista siguió menguando de forma sorprendente y estéticamente discutible después de que los ministros de Finanzas de la UE decidiesen sacar a ocho países de ella, entre ellos, a Panamá, que ha protagonizado uno de los grandes escándalos de evasión fiscal que han estallado a nivel mundial en los últimos tiempos. Ahora, la ‘ambiciosa’ lista negra del club apenas cuenta con 9 miembros. Aquí, lo peor de lo peor a ojos del Ecofin: Samoa Americana, Barhéin, Guam, Islas Marshall, Namibia, Palau, Samoa, Santa Lucía y Trinidad y Tobago.
«Lo importante es que hemos logrado que esos ocho países que han salido colaboren y se comprometan a colaborar. Lo relevante no es la lista negra, sino la gris, que se creó a petición de España y que engloba a 55 administraciones que deben dar pasos si quieren ser incluidos en la llamada lista blanca», recalcó el ministro español, Luis de Guindos, que prefirió ver la botella medio llena.
Los ocho países o territorios que ayer fueron exonerados de forma parcial son Panamá, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Barbados, Granada, Macao, Mongolia y Túnez. Esta misma teoría fue la que oficialmente ‘vendió’ la Comisión, el hecho de que esta supuesta presión ha logrado que los ‘malos’ se hayan comprometido a ser ‘buenos’.
Sin embargo, el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, no ocultó cierta frustración: «Debe haber más transparencia, debe haber más sanciones y el proceso debe ser creíble y controlado», recalcó a su llegada a la reunión. Por eso pidió a los 28 que publiquen con luz y taquígrafos los acuerdos alcanzados con las 8 administraciones ‘perdonadas’. «Los medios, las ONG y los ciudadanos deben tener control democrático sobre estos compromisos», apostilló.
Por otra parte, la Comisión también presentó en el Ecofin su reciente y ambiciosa propuesta para reformar el IVA que presentó la semana pasada y que además de facilitar la vida a la pymes, prevé una revolución respecto a los tipos ya que además del general, contempla cuatro reducidos, incluso uno del 0%. Pero como se esperaba, el escepticismo reinó entre los ministros de los 28, como confesó Luis de Guindos. «El hecho de que la Comisión presente una propuesta y ni siquiera haya un mínimo debate dice mucho de cómo está el asunto. Esto va para largo», barruntó.
«España no está absolutamente en contra pero considera que la regla general tiene que ser la regla general, que es el tipo general, y los tipos reducidos aplicarse a las excepciones», explicó. Y es que lo quiere Bruselas es dejar vía libre a los Estados para que hagan y deshagan a su antojo estableciendo un listado de productos que siempre deberían estar gravados al tipo máximo. Ahora, por contra, ese listado es para los productos que pueden beneficiarse de tipos más bajos. Todo lo contrario.
Respecto al futuro de la arquitectura institucional de la Unión Económica y Monetaria, De Guindos aseguró que «estoy convencido de que en los próximos dos o tres meses vamos a tener un acuerdo en relación con la Unión Bancaria», que está pendiente de diseñar el fondo común de garantía de depósitos.
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