El precio del gasóleo podría verse incrementado por el alza de los impuestos. EFE

Otoño de cambios para los conductores

El etiquetado de los combustibles sufrirá un cambio drástico para los vehículos nuevos; ya no se hablará de gasolina y diésel sino de varios tipos de 'E' y 'B'

Sábado, 14 de julio 2018

Si es usted conductor, y aún más si lo hace de forma más o menos habitual, aproveche este verano para descansar porque en otoño tendrá trabajo extra para no equivocarse a la hora de repostar su vehículo. Hasta ahora optaba fundamentalmente por dos tipos de ... gasolina y otros tanto de gasóleo. Pero eso puede ser historia a partir del próximo 12 de octubre, al menos seguro en materia de etiquetado y, según distintos expertos, incluso puede que termine propiciando una mayor variedad de carburantes a elegir en algunas estaciones de servicio, sobre todo aquellas dependientes de alguna gran petrolera y con mayores posibilidades de asumir los costes por ampliar su oferta.

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El cambio no es solo nacional sino a nivel prácticamente continental, esto es, detrás del mismo se encuentra la Unión Europea y una de sus directivas, en concreto la 2014/94/UE sobre el despliegue de la infraestructura de combustibles alternativos. Entrará en vigor en apenas tres meses y supondrá establecer un estándar europeo con símbolos comunes o «identificadores de combustible» para todos los países miembros. A priori, el objetivo es mejorar la información de los consumidores sobre la «gran variedad de combustibles para sus vehículos». En la práctica, sim embargo, se teme una fase inicial de desconcierto entre ellos al no estar familiarizados con las nuevas etiquetas.

Se han elaborado una serie de folletos informativos, pero aún no han sido publicados pese a que la cuenta atrás para los cambios ya ha comenzado. Hasta ahora solo aquellos que hayan comprado un vehículo en las últimas semanas pueden haberlas visto cerca de la tapa del depósito o bien en los manuales de usuario, aunque seguramente sean los menos dado que la obligación para los fabricantes no comienza hasta el 12 de octubre próximo. Por eso tampoco en las gasolineras ha comenzado aún la mudanza de carteles y el cambio en las pantallas de los surtidores, e incluso se prevé que durante un tiempo puedan coincidir la nomenclatura nueva y la vieja.

Y es que el principal problema será conocer cuál es el combustible que, con arreglo al nuevo etiquetado resulta compatible con su vehículo y, a la vez, cuál podría resultar mejor. Eso sí, esta vez irán de la mano para suavizar la adaptación de los conductores las distintas patronales de los sectores afectados, desde los fabricantes de automóviles (Anfac) y motos (Anesdor) hasta las asociaciones de operadores de productos petrolíferos (AOP y UPI). Eso a nivel nacional como en el plano europeo también colaborarán las confederaciones de dichas organizaciones.

Diseños geométricos

Las nuevas etiquetas tienen diferentes diseños según el tipo de combustible al que hacen referencia. Así, para la gasolina se emplearán círculos y dentro de ellos una letra E con hasta tres números distintos (5, 10 y 85) que señalan otros tantos biocomponentes específicos. Para el gasóleo se emplearán tres cuadrados, en dos de los cuales figurará la letra B con un número (7 o 10) mientras en el tercero aparecerá el acrónico XTL, que significa diésel parafínico o sintético, es decir, que no deriva del crudo del petróleo.

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También habrá señales para combustibles gaseosos, puestas dentro de rombos y que se vincularán al hidrógeno, el gas natural, el gas licuado y el gas natural licuado. Y lo mismo pasará con los vehículos de motor eléctrico o los híbridos, que también contarán con sus propias etiquetas.

Únicamente los vehículos vendidos o matriculados antes del 12 de octubre no estarán obligados a contar con las nuevas etiquetas. De hecho, y para evitar confusiones, los fabricantes recomiendan que en su caso no se coloquen y confían en que los distribuidores mantengan un tiempo prudencial el doble etiquetado para permitir la coexistencia de los usados con los nuevos.

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Descuentos 'por decreto'

No será esa la única distinción importante que apreciaremos este otoño entre coches a estrenar o de segunda mano. La entrada en vigor desde el 1 de septiembre de un nuevo ciclo de homologación de emisiones contaminantes –en este caso el WLTP, que sustituye al NEDC que viene dominando el mercado desde los años 80, pero que ha quedado muy tocado tras el fiasco del llamado 'dieselgate'- no solo creará vehículos de primera y de segunda en este aspecto, sino que obligará a los fabricantes a adaptar su oferta y también los ritmos de su producción dado que los centros de pruebas tardarán un tiempo en adaptarse al cambio y decenas de miles de vehículos pueden quedarse bloqueados varios meses antes de poder ser comercializados.

Por eso, además de simplificar gamas, agrupar paquetes opcionales y eliminar algunos modelos, fabricantes y concesionarios apostarán fuerte por las promociones –los descuentos podrían alcanzar hasta los 5.000 euros por unidad- y elevarán las automatriculaciones. Todo con tal de tener listos para la venta el mayor número de vehículos y evitar el parón que puede provocar la nueva normativa.

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Eso sí, la aceleración de ventas antes de septiembre también provocará, como contrapartida negativa, que se vendrá probablemente menos en los últimos meses del año. De hecho, ya con el nuevo protocolo de emisiones (WLTP) aplicándose, los concesionarios estiman un encarecimiento en los primeros meses de 2019 de entre 700 y 1.000 euros por automóvil.

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